Un champán tinto sin burbujas de la casa Louis Roederer. Foto: Archivo |
No nos engañemos. El actual renacimiento de vinos tranquilos provenientes de la región de Champaña no presagia ninguna debacle para los clásicos productos con burbujas.
Lo que sí resulta preocupante, de cara al futuro, es que el cambio climático ha comenzado a poner en riesgo ese prerrequisito inexorable de la producción de espumosos en Champaña: el clima fresco y frío, que garantiza la anhelada acidez.
La experta Christina Rasmussen advirtió recientemente que, por cuenta del cambio climático, el norte de Francia se ha vuelto un territorio más viable para los vinos tranquilos que para la elaboración de champán.
En opinión de muchos viñateros tradicionales de la zona, retornar a los vinos tranquilos es como volver al pasado, porque antes de que los espumosos se subieran a la tarima (hace 150 años), Champaña no solo producía blancos sin burbujas con la uva Chardonnay, sino tintos hechos con cepas como Pinot Noir y Pinot Meunier.
Históricamente, los vinos tranquilos de la región se han agrupado bajo el apelativo de Coteaux Champenois.
Pero ahora, enfrentados al cambio climático, tanto reconocidos productores de espumosos como los más persistentes representantes de los Coteaux Champenois, están devolviéndole al vino tranquilo su pasada gloria.
Casas como Charles Heidsieck, Bollinger y Egly-Ouriet lanzaron hace poco una colección de vinos tranquilos, igual que lo protagonizó la sacrosanta bodega Louis Roederer. Y hace menos de un mes otro jugador de prestigio, como Drappier, hizo lo propio.
Drappier justificó su acción con un argumento irrebatible: “Nuestros vinos tranquilos se vienen haciendo en la empresa desde 1808”, dijo Hugo Drappier. “Antes de que los espumosos de Champaña se hicieran famosos, nuestros blancos, tintos y rosados tranquilos ya eran conocidos”.
Los tradicionalistas confían en que esta tendencia sea pasajera. Los observadores más entusiastas, sin embargo, creen que la reaparición de los vinos tranquilos de Champaña le da un giro interesante a la actual oferta. En restaurantes y hoteles de lujo de Europa y Estados Unidos se están elaborando interesantes cartas con una sección llamada “Champanes sin burbujas”.
Finalmente, fue muy curioso observar hace poco a Cyril Brun, maestro de cava de la firma Charles Heidsieck, quien antes de iniciar una clase magistral sobre los vinos tranquilos de su empresa admitió que se la había olvidado traer una herramienta esencial: el sacacorchos. Y esto es porque para destapar un espumoso solo hay que retirar el capuchón, soltar el bozal, girar la botella y voilà.
Hugo Sabogal
Fuente: El Espectador
No hay comentarios. :
Publicar un comentario