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¿Un vino con cuerpo? Sí, nosotros también hemos hecho esa cara, en la que no tenemos ni idea de qué nos están hablando. Tranquilo, vamos a hacerlo fácil de entender.
¡Antes de comenzar, dejemos por fuera algunos mitos!
Mito 1. Un vino con poco cuerpo es un mal vino.
No, en muchas ocasiones, los enólogos, estos magos creadores del vino, no piensan en dar vida a un vino con cuerpo, a veces prefieren seducirnos más con otras características. Todo depende del deseo que motive su creación, como cuando lo hacen pensando en que maride bien con la gastronomía de una región en específico.
Aunque el cuerpo es una de las características que da mayor puntaje, es importante tener algo en cuenta, ¡su edad!, si estamos tomando un vino joven no podemos exigirle tener mucho cuerpo, entre más joven, es decir entre menos tiempo pase en barrica, lo normal es que no tenga tanto cuerpo. porque es la fermentación la que logra esta magia. En este caso un experto en vino tiene en cuenta esta característica para poder darle un puntaje justo.
Mito 2. Solo los vinos tintos tienen cuerpo.
No, los vinos rosados y blancos también pueden tener cuerpo. Recuerda, esta característica no depende del color del vino, depende más de su proceso y el tiempo que pasó en barrica. Más adelante te daremos algunas pistas para saberlo, puedes hacer el experimento primero con un vino blanco, luego un rosado y un tinto, ¡así podrás ver las diferencias!
¡Aquí un vino con cuerpo! Montes Alpha M
¿Cómo conocer el cuerpo del vino? ¡A despertar los sentidos!
El día de hoy pondremos a dos de nuestros sentidos a vivir el vino al 100%. Nuestra visión y nuestro paladar serán los detectives que nos dirán qué tanto cuerpo tiene nuestro vino.
Vamos por la pista 1: ¡experiencia visual!
Sirve en una copa tu vino favorito, ¿cómo es su color? Una de las formas para saber si tiene cuerpo o no es su transparencia, ¿qué tan transparente o oscuro es? Para ayudarte puedes acercar la copa a la luz, si puedes ver fácilmente a través de ella quiere decir que probablemente este vino tiene poco cuerpo, pero espera aún no te apresures, ¡sigamos recogiendo pistas!
Ahora agita la copa en forma circular, ¡ten cuidado de no derramar el vino! Mira las gotas que quedaron en la pared de la copa, ¿se apresuran a caer de nuevo o se toman su tiempo? Entre más tiempo demore en caer la gota o la lágrima, como le dicen los expertos, más densidad tiene nuestro vino, es decir, es más espeso.
Vamos por la pista 2: ¿cómo se siente en la boca?
Llegó una de las partes que más nos gusta, ¡probar! Toma en tu boca un trago de vino e imagina que tu lengua es una pesa. ¿Cómo lo sientes?, pesado, medio pesado, ligero. Si sientes el vino pesado, que te llena toda la boca, ya tienes la segunda pista que dice que estás en compañía de un vino con buen cuerpo.
Vamos por la pista 3: ¡a comparar!
¡Reunamos ahora todas las pistas! ¿Qué dicen nuestros detectives? Según lo que experimentaste con tus sentidos, ¿qué tanto cuerpo tiene tu vino?, mucho, poco, nada. ¡Aquí otra ayudita para despejar dudas!, qué tal si seguimos experimentando, ¿tomamos otros vinos y comparamos? Cuando solo haces el experimento con un vino, es difícil medir la característica cuando solo has vivido esta experiencia. Es como cuando algo nos parece dulce, eso es porque ya conocemos la comida salada. Así cuando estemos frente a un vino con mucho cuerpo nos daremos cuenta porque ya hemos probado vinos de cuerpo ligero y viceversa.
¡Ya sabes!, cuando te hablen de un vino con cuerpo, solo tienes que despertar la vista, el gusto, y ¡a investigar! Te dejamos con uno de los programas de nuestro Vino en Vivo en donde Marielisa Peñuela, sommelier profesional, te lo explica de una forma fácil.
Fuente: Novili
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