"Comer saludable no es tomar una pechuga de pollo a la plancha con lechuga, sino eliminar los alimentos que nos perjudican y optar por los que benefician cuerpo y mente", defiende la cocinera Begoña Lluch, impulsora junto con su hermana Cuchita -ex presidenta de la Academia Valenciana de Gastronomía- de Begoístas.
Proyecto que nació en una cama de hospital
El proyecto nació en una cama de hospital, donde la cocinera estaba ingresada "rota completamente, bloqueada por estrés" por varias circunstancias personales y profesionales, como la paralización por la pandemia del servicio de catering y eventos del seis estrellas Michelin Quique Dacosta, donde trabajaba.
Reflexionó sobre su formación en Le Cordon Bleu de París, varios restaurantes franceses de prestigio, su propia escuela de pastelería y cocina en Valencia, la experiencia en un geriátrico de lujo en Estados Unidos y el tratamiento de cáncer de su padre en aquel país, donde aprendió que "lo que comes te puede sanar o enfermar", explica quien hasta entonces sólo pensaba en platos "preciosos y deliciosos".
Macrobiótica
Sin perder de vista la estética y el sabor se empapó de macrobiótica, ayurveda y medicina tradicional china para diseñar unos menús que ayudan a "regular el sistema endocrino, limpiar hígado y riñones y cambiar la microbiota; una nutrición antiinflamatoria", resume. No tardó en sumarse su hermana Cuchita, impulsora de múltiples proyectos de divulgación gastronómica.
Eliminar azúcares y harinas refinadas
Su fórmula no es ni milagrosa ni desconocida -"triunfa en Estados Unidos y capitales europeas", asegura- ya que se basa en principios nutricionales conocidos por todos: eliminar azúcares y harinas refinadas, grasas 'trans', alimentos procesados o carnes rojas y cambiarlos por algas, cereales integrales, leguminosas, semillas, adaptógenos (reductores del estrés, como la manzanilla) y súperalimentos, con "mucha densidad nutricional".
El reto fue conseguir con ellos "recetas placenteras" como el arroz negro con algas y halófilas (plantas que crecen en entornos salinos), cintas de calabacín con langostinos, 'galette' de calabaza, 'latkes' de salmón curado en remolacha, tortillas sin huevo a base de garbanzos y rellenas de setas y tofu, o curry de cordyceps (setas de uso común en Oriente, populares entre los deportistas por favorecer el rendimiento).
Cócteles sin alcohol
En las copas, cócteles sin alcohol como agua de limón, pepino y albahaca rico en vitamina C y silicio; el de zanahoria, naranja, pomelo y espino amarillo que propicia la absorción de vitamina D; el energético de jengibre y manzana verde o la leche de almendra con lavanda y espirulina con alta concentración de Omega 3 y 6, asegura su creadora.
Son algunas de las propuestas de sus menús, "que constan de un 90 % de plantas y el resto de proteína animal, principalmente pescado, mariscos y aves", que Begoístas sirve a domicilio para varios periodos -desde la prueba de un día hasta el programa de 66 días, con desayunos, comidas y cenas- en los que el comensal cuenta con el asesoramiento de una nutricionista para ayudarle a alcanzar los objetivos del bienestar mental y físico.
Begoístas distribuye por ahora sus menús en la Comunidad Valenciana, Cataluña y Madrid, aunque ya está diseñado el plan de expansión que incluye una despensa saludable, y emplea a diez mujeres, algunas de ellas cocineras que han trabajado en restaurantes con estrellas Michelin, indica Begoña Lluch, amante de la nutrición sin renunciar al hedonismo.
Con el lema "cuidarse y disfrutar", las hermanas Lluch defienden "una forma de comer" que no se basa en contar calorías -el objetivo no es adelgazar- sino en recetas que viajan por el mundo "eliminan alimentos que son nocivos e incorporan todos los nutrientes que el cuerpo necesita para sentirse bien".
Fuente: 20 minutos
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