Vinos patrimoniales: ¿en qué consiste la nueva apuesta de la industria vitivinícola en el Perú?
Los vinos peruanos se están haciendo fuertes en el mercado internacional. Con un clima que favorece especialmente el cultivo de las vides en algunas zonas, las bodegas peruanas están produciendo vinos de calidad con uvas que van desde la malbec y la cabernet sauvignon hasta la chardonnay.
América es un gran referente en vinos a nivel mundial y Perú es, desde hace siglos, uno de los lugares en los que la vid ha encontrado unas condiciones inmejorables para crecer sana y mostrar todo su potencial. Esto permite elaborar no solo vinos peruanos de calidad, también hacerlo con variedades de uva muy distintas y acertar con todas ellas.
Al día de hoy en Perú se cultivan ni más ni menos que cerca de 30 variedades de uva, entre las que se encuentran algunas de las históricas europeas, como la cabernet sauvignon, la pinot noir, la petit verdot o la chardonnay. Los enólogos peruanos tienen pues un vasto conocimiento que está permitiendo que se hagan productos muy interesantes.
Seguro que alguna vez te has preguntado cuál es el mejor vino peruano. Pero sería difícil contestar, porque en el país se dan las condiciones tanto para uvas blancas como tintas y llevan décadas haciendo productos de alta calidad. No obstante, sí podemos decir que estos vinos tintos están triunfando tanto dentro como fuera de las fronteras del país con productos como Intipalka o los vinos de Tabernero.
Las zonas vinícolas en Perú
Las regiones de Ica, Lima y Arequipa tienen una larga tradición en cultivo de la vid, que llegó a esta zona de América de la mano de los españoles allá por el siglo XVI. Dicen que fue el marqués Francisco de Carabantes quien llevó desde las Islas Canarias los primeros sarmientos que dieron lugar a las vides que hoy pueblan distintas zonas del país.
Las primeras vides aparecieron en la zona de Ica y dieron como resultado vinos tan del gusto de época que también se exportaban a España, hasta que una orden de Felipe II dio un giro a la situación. Al intentar controlar la plantación de nuevos viñedos hizo que comenzara a darse otro producto de la vid, el aguardiente de vino, lo que dio origen a esa bebida que acompaña al vino estos días en las bodegas peruanas, el pisco.
Así pues, la uva continuó creciendo en tierras peruanas, donde ha encontrado un hábitat adecuado. Ni las limitaciones que impone la altura que se alcanza en algunas zonas del país han supuesto un problema pues cuentan con zonas perfectas para el cultivo de la uva.
Durante siglos las bodegas peruanas han estado introduciendo variedades de uva y comprobando como se aclimataban al país con grandes aciertos. Y al día de hoy podemos decir que el resultado de tan arduo trabajo son vinos de premio. Tal es el caso de Tacama, una bodega que se precia de ser la primera del Perú y muy reconocida a nivel internacional con tintos a base de petit verdot y malbec.
Además de esta bodega, suenan ya en el ámbito internacional otras como Santiago Queirolo, que lleva produciendo desde finales del siglo XIX y apuesta por vinos tintos secos y semisecos que maridan bien con ensaladas y los ceviches tan arraigados en la cocina peruana.
No puede faltar, por supuesto, el Intipalka, su generación de vinos varietales estrella, que ha sido reconocido en concursos internacionales. Su nombre significa ‘Valle del sol’ y hace referencia al valle de Ica que como decíamos, ha demostrado ser una gran zona para el cultivo de la vid.
América es un gran referente en vinos a nivel mundial y Perú es, desde hace siglos, uno de los lugares en los que la vid ha encontrado unas condiciones inmejorables para crecer sana y mostrar todo su potencial. Esto permite elaborar no solo vinos peruanos de calidad, también hacerlo con variedades de uva muy distintas y acertar con todas ellas.
Al día de hoy en Perú se cultivan ni más ni menos que cerca de 30 variedades de uva, entre las que se encuentran algunas de las históricas europeas, como la cabernet sauvignon, la pinot noir, la petit verdot o la chardonnay. Los enólogos peruanos tienen pues un vasto conocimiento que está permitiendo que se hagan productos muy interesantes.
Seguro que alguna vez te has preguntado cuál es el mejor vino peruano. Pero sería difícil contestar, porque en el país se dan las condiciones tanto para uvas blancas como tintas y llevan décadas haciendo productos de alta calidad. No obstante, sí podemos decir que estos vinos tintos están triunfando tanto dentro como fuera de las fronteras del país con productos como Intipalka o los vinos de Tabernero.
Las zonas vinícolas en Perú
Las regiones de Ica, Lima y Arequipa tienen una larga tradición en cultivo de la vid, que llegó a esta zona de América de la mano de los españoles allá por el siglo XVI. Dicen que fue el marqués Francisco de Carabantes quien llevó desde las Islas Canarias los primeros sarmientos que dieron lugar a las vides que hoy pueblan distintas zonas del país.
Las primeras vides aparecieron en la zona de Ica y dieron como resultado vinos tan del gusto de época que también se exportaban a España, hasta que una orden de Felipe II dio un giro a la situación. Al intentar controlar la plantación de nuevos viñedos hizo que comenzara a darse otro producto de la vid, el aguardiente de vino, lo que dio origen a esa bebida que acompaña al vino estos días en las bodegas peruanas, el pisco.
Marcas de vinos peruanos
Así pues, la uva continuó creciendo en tierras peruanas, donde ha encontrado un hábitat adecuado. Ni las limitaciones que impone la altura que se alcanza en algunas zonas del país han supuesto un problema pues cuentan con zonas perfectas para el cultivo de la uva.
Durante siglos las bodegas peruanas han estado introduciendo variedades de uva y comprobando como se aclimataban al país con grandes aciertos. Y al día de hoy podemos decir que el resultado de tan arduo trabajo son vinos de premio. Tal es el caso de Tacama, una bodega que se precia de ser la primera del Perú y muy reconocida a nivel internacional con tintos a base de petit verdot y malbec.
Además de esta bodega, suenan ya en el ámbito internacional otras como Santiago Queirolo, que lleva produciendo desde finales del siglo XIX y apuesta por vinos tintos secos y semisecos que maridan bien con ensaladas y los ceviches tan arraigados en la cocina peruana.
No puede faltar, por supuesto, el Intipalka, su generación de vinos varietales estrella, que ha sido reconocido en concursos internacionales. Su nombre significa ‘Valle del sol’ y hace referencia al valle de Ica que como decíamos, ha demostrado ser una gran zona para el cultivo de la vid.
Fuente: Vino Selección
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