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| Foto: Dreamstime. |
En España se consumen mayores proporciones de cerveza
Entramos en agosto y las altas temperaturas no dan tregua. Con este fenómeno climatológico y en medio del periodo estival solemos consumir productos más frescos como las sopas frías por excelencia, el gazpacho o el salmorejo, o frutas como la sandía, el melón o las fresas. Pero, en verano, lo que más nos pide el cuerpo son bebidas refrescantes para paliar el exceso de calor.
Desde horchata en todas sus vertientes, granizados, limonadas. Todo vale para ayudar a hidratar a nuestro cuerpo. Eso sí, lo que más se suele pedir en un bar para paliar la sed es cerveza y tinto de verano.
El tinto de verano
Estas dos bebidas alcohólicas responden bien en los contextos veraniegos. Sin embargo, nos preguntamos cuál de ellas engorda más. ¿Cuántas calorías tiene cada una? Lo vemos.
El tinto de verano se suele elaborar a partir de vino tino, que normalmente suele ser de calidad media. Se mezcla con un refresco azucarado, hielo y una rodaja de limón. Una jarra de esta bebida puede llegar a tener hasta 120 kcal, aunque esta cantidad variará en función del azúcar y el alcohol que contenga.
La combinación de calorías y azúcar no es positiva y no beneficia en nada a nuestra salud. De hecho, estos dos componentes tienen un efecto adictivo. Lo único bueno que aporta el tinto de verano son polifenoles, que ayudan a reducir el efecto de los radicales libres y la incidencia de enfermedades cardiovasculares.
La cerveza
La cerveza es la bebida alcohólica preferida por todos los españoles. El zumo de cebada contiene menos grados de alcohol que el tinto. Aproximadamente, la cerveza aporta 85 kcal, además de minerales como potasio, fósforo o magnesio, vitaminas del grupo B y una pequeña cantidad de hidratos.
Como vemos, la cerveza es una bebida que apenas tiene calorías. Sin embargo, aunque tiene menos que el tinto del verano, suele ser habitual que consumamos mayores proporciones de cerveza. Una opción más 'sana' es evitar las bebidas comerciales, que suelen ser fuente de azúcares, y elaborarlas en casa.
Fuente: El Economista
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