El negocio que surgió como un proceso artesanal hace más de un siglo, hoy es una compañía global que sigue su producción basada en la receta original
El ron es uno de los destilados más antiguos en la historia. Dado que es una bebida que se deriva de la caña de azúcar o del jugo obtenido de la misma, encontró en el continente americano el territorio ideal para dar sus mejores notas de color y olor.
A finales del siglo XIX –en 1862– Facundo Bacardí Massó, comerciante español, adquirió una pequeña destilería en Santiago de Cuba. Fue así que descubrió que en esa isla cubierta por cañaverales podía obtenerse un destilado de calidad inigualable, una bebida que hoy está entre las más reconocidas del mundo.
Por supuesto, el nombre se adquirió del apellido de su fundador. Y su icónico murciélago como logotipo se dice que representa a los morceguillos que vivían en las bodegas en donde se ponían a reposar los barriles de ron, antes del embotellamiento.
Hablar de su origen es evocar historias de marineros, comerciantes y la generosidad de las tierras caribeñas. Pero hoy esta es una de las empresas más prósperas de la comunidad internacional, con su corporativo en Puerto Rico y clasificada en el puesto número 12 en el ranking de las marcas más valiosas de América Latina –de Brand Finance– con un valor de marca de 3,138 millones de dólares.
Este ron ha acumulado más de 1,000 premios a lo largo de su historia, otorgados por su calidad, sabor e innovación. La receta original, creada por su fundador, es cuidadosamente usada en cada una de sus producciones, para que llegue, hasta el día de hoy, tal como se creó en 1862.
Bacardí Añejo, su bebida más icónica, es una de las cuatro fórmulas originales creadas por Don Facundo. Bacardí Añejo es referente en el mundo de los rones oscuros, gracias a su proceso de elaboración y sabor: añejado y madurado en barricas de roble americano, hasta obtener un sabor suave y amaderado.
La bebida forma parte del portafolio de Bacardi Limited, con sus oficinas centrales en Hamilton, Bermuda. Es una empresa familiar y actualmente cuenta con más de 8,000 empleados, a escala internacional; tiene plantas de producción en 10 países y vende sus marcas en más de 170 naciones.
Esta empresa tiene un centro de producción en Tultitlán, Estado de México, una joya arquitectónica rodeada por amplias zonas verdes, que incluso tiene un museo con la historia de la compañía.
Estamos frente a un murciélago que ha volado muy lejos y durante mucho tiempo, llevando en las alas a Bacardí Añejo, su bebida original, que ya forma parte de la herencia colectiva mundial.
Fuente: Expansión
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