Ideal para probar con unas tostadas bien crocantes. Foto: Cortesía Diana León |
Historia de la mantequilla
La mantequilla nació hace más de 10.000 años. Se originó en la región de Mesopotamia, donde se procesaba leche de animales como vacas, ovejas y cabras. Los primeros métodos de fabricación implicaban agitar la leche en recipientes de piel de animal hasta que la grasa se separaba para formar mantequilla. Con el tiempo, este proceso se refinó y se extendió a través de culturas y civilizaciones, convirtiéndose en un elemento básico en la alimentación de muchas sociedades en todo el mundo.
La producción moderna de mantequilla se ha industrializado y refinado, con métodos que van desde la separación de la crema de la leche hasta su batido y amasado para formar la mantequilla final. La mantequilla también ha inspirado una variedad de variantes, como la mantequilla clarificada (ghee) y las mantequillas aromatizadas con hierbas o especias, que añaden sabor a las preparaciones. Por eso, te comparto esta opción para que la disfrutes con un buen pan de masa madre. Es una delicia.
Gastronomía: Latinoamericana .
Tiempo de preparación: 10 minutos.
Tiempo de cocción: 40 minutos.
Porciones: 4.
Ingredientes
- 1 bulbo de ajo
- 1 cucharada de aceite de oliva
- 100 gramos de mantequilla clarificada o mantequilla de vaca sin sal
- ½ cucharadita de sal
- ¼ cucharadita de pimienta
- 2 cucharaditas de hierbas frescas cortadas en pedazos pequeños (yo usé romero y orégano)
Preparación
- Precalienta el horno a 400 °F (204 °C)
- Preparar el ajo
- Corta la parte superior del ajo y colócalo en un trozo de papel de aluminio. Vierte aceite de oliva sobre el ajo.
- Envuelve bien el ajo, debería parecer un pequeño paquete. Colócalo en una bandeja para hornear y ásalo en el horno durante 40 minutos.
- Para comprobar si está listo, retira cuidadosamente el papel de aluminio (ten cuidado, ya que estará caliente y con vapor) y verifica si los dientes de ajo están suaves y ligeramente caramelizados. Si lo están, está listo. Si no, vuelve a envolverlo y déjalo asar por 10 minutos más o hasta que los dientes estén completamente suaves.
- Deja enfriar el ajo asado durante 10-15 minutos. Exprime suavemente la cabeza desde el extremo de la raíz, empujando todos los dientes blandos hasta que quede solo la piel exterior. Desecha la piel y transfiere el ajo asado a un recipiente mediano.
- Utilizando el dorso de un tenedor, tritura el ajo hasta que esté completamente aplastado.
- En el mismo recipiente, agrega la mantequilla, la sal, la pimienta negra y las hierbas picadas. Mezcla hasta que todo esté combinado. Alternativamente, puedes hacer esto en un procesador de alimentos.
Diana León, experta en nutrición culinaria / @cocinableysaludable
Fuente: El Espectador
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