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| El restaurante ubicado en Batán Town Center tiene su enfoque en la parrilla. Foto cortesía |
El chef Luis Maldonado destaca por la investigación que ha hecho, a través de los años, sobre el producto ecuatoriano en las regiones del país.
Guayaquil le da la bienvenida a Bos Steak House, un restaurante que busca revolucionar la experiencia cárnica en la ciudad con una propuesta enfocada en la calidad del producto y la técnica. Al frente de esta nueva apuesta está el chef Luis Maldonado, un venezolano de 36 años con una sólida trayectoria en el mundo de la gastronomía, formado en La Cocotte, en su país natal.
Desde los 16 años, Maldonado supo que su pasión estaba en la cocina, especialmente en el mundo de las carnes. Ahora, con Bos, busca ofrecer algo más que una simple steak house, quiere que la parrilla en Guayaquil alcance un nivel gastronómico superior.
El origen de este proyecto tiene una historia curiosa. Maldonado y su equipo ya eran conocidos por Tributo, su restaurante en Quito, y fue entonces cuando los clientes de Guayaquil les pedían que abrieran uno en la ciudad. A pesar del interés, la idea siempre quedaba en espera. “Nosotros decíamos que eventualmente iba a pasar, pero lo íbamos procrastinando”, admite Maldonado. Esto por el ritmo de trabajo en Tributo, pues era el motivo que hacía que el proyecto se postergara.
Foto cortesíaSin embargo, todo cambió cuando un cliente de Tributo les hizo una propuesta definitiva. “Nos dijo: ‘Reunámonos para hacer un restaurante en Guayaquil’. Y así fue”, recuerda el chef con tranquilidad.
¿Cómo fue esa reunión que marcó el inicio de Bos Steak House?
Aquella reunión fue clave. Junto con Diego Vera, quien hoy es su socio, y sus respectivas esposas moldearon lo que sería Bos. “Diego terminó comprando acciones en Tributo y ahora ambos somos socios de Bos también”, explica.
El local está ubicado en Batán Town Center, en el kilómetro 9,5 de la avenida Samborondón, el restaurante tiene capacidad para 60 comensales.
“Queremos que Bos sea un restaurante diferente. No buscamos ser una simple moda, ni un lugar cool que se vuelve tendencia y luego pasa. Queremos ser un referente gastronómico en Guayaquil, un sitio donde la gente diga: ‘Esto llegó para quedarse’”, enfatiza Maldonado.
Si bien Bos y Tributo comparten el ADN del chef, hay diferencias marcadas entre ambos conceptos. “Tributo es un restaurante que demanda mucha investigación y trabajo, mientras que Bos busca exaltar la buena selección de carne y producto de la Costa ecuatoriana llevada a las brasas”, señala Maldonado.
No obstante, la esencia de su cocina está presente en ambos espacios. Joaquín Araque sigue a cargo de la pastelería, mientras que Diego Vera maneja la parte administrativa y financiera junto con su esposa, encargada del área comercial.
Foto cortesía
“Bos está pensado para ese amante de la parrilla y de la steak house, para el cliente que busca la mejor selección de carne en la mesa. Queremos que viva la mejor experiencia cárnica posible”, destaca el chef Maldonado.
“Queremos que Guayaquil tenga un referente culinario que haga que los turistas digan: ‘Voy a Guayaquil porque quiero comer en Bos’, así como la gente viaja a Cuenca para ir a Los Tiestos o a Quito para visitar Tributo”, comenta.
La carta del restaurante no se limita a carne, explora sabores y texturas únicas. Su menú mantiene una estructura, con un aproximado de doce entradas, ocho platos especiales, selección de ocho cortes de carne y seis guarniciones extras.
“Estamos haciendo una guarnición que llamamos arroz de caleta, una versión del arroz con huevo y recorte, pero con charcutería especial. Lo preparamos con una yema de huevo pasteurizada y arroz salteado con especias y vinagre de guineo”, revela. Otra de sus creaciones son los ñoquis de morcilla con salsa de arveja picante, pensados para complementar los cortes de carne.
En cuanto a postres, Guayaquil es una de las estrellas del menú. “Es una especie de tarta vasca de guineo con helado de chicha de resbaladera, un homenaje a la ciudad y su identidad gastronómica”, dice el chef. “Mi gastronomía está muy ligada a la investigación. He viajado por los páramos, la Costa y otras regiones para conocer los productos de primera mano y aplicarlos en mi cocina”, afirma.
Maldonado y su equipo ven en Bos un potencial de expansión. “Creo que podría funcionar en otros países, como Panamá”, menciona finalmente. (E)
No obstante, la esencia de su cocina está presente en ambos espacios. Joaquín Araque sigue a cargo de la pastelería, mientras que Diego Vera maneja la parte administrativa y financiera junto con su esposa, encargada del área comercial.
Foto cortesía“Bos está pensado para ese amante de la parrilla y de la steak house, para el cliente que busca la mejor selección de carne en la mesa. Queremos que viva la mejor experiencia cárnica posible”, destaca el chef Maldonado.
“Queremos que Guayaquil tenga un referente culinario que haga que los turistas digan: ‘Voy a Guayaquil porque quiero comer en Bos’, así como la gente viaja a Cuenca para ir a Los Tiestos o a Quito para visitar Tributo”, comenta.
La carta del restaurante no se limita a carne, explora sabores y texturas únicas. Su menú mantiene una estructura, con un aproximado de doce entradas, ocho platos especiales, selección de ocho cortes de carne y seis guarniciones extras.
“Estamos haciendo una guarnición que llamamos arroz de caleta, una versión del arroz con huevo y recorte, pero con charcutería especial. Lo preparamos con una yema de huevo pasteurizada y arroz salteado con especias y vinagre de guineo”, revela. Otra de sus creaciones son los ñoquis de morcilla con salsa de arveja picante, pensados para complementar los cortes de carne.
En cuanto a postres, Guayaquil es una de las estrellas del menú. “Es una especie de tarta vasca de guineo con helado de chicha de resbaladera, un homenaje a la ciudad y su identidad gastronómica”, dice el chef. “Mi gastronomía está muy ligada a la investigación. He viajado por los páramos, la Costa y otras regiones para conocer los productos de primera mano y aplicarlos en mi cocina”, afirma.
Maldonado y su equipo ven en Bos un potencial de expansión. “Creo que podría funcionar en otros países, como Panamá”, menciona finalmente. (E)
Fuente: El Universo
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