El Gourmet Urbano: Tres errores tontos que solemos cometer al beber champán

jueves, 2 de junio de 2016

Tres errores tontos que solemos cometer al beber champán

Ni muy frío ni en copa flauta ni tampoco a los postres. Si eres de los que todavía beben champán como en la época de 'Cuéntame', ya es hora de que te sacudas la caspa
Lo hicimos mal desde el principio, cuando llamábamos champán a todo vino que tuviera burbujas y no éramos capaces de identificarlo más que con brindis, tarta, uvas y celebración. Hoy seguimos haciéndolo mal: es verdad que nos hemos ido iniciando -'a poc a poc'- en la cultura del cava, pero aún nos cuesta horrores adentrarnos en el mundo del champán. Si quieres aprender las primeras letras, empieza por corregir estos tres errores básicos:

Las burbujas más icónicas de nuestro imaginario

Nunca muy frío: cuando se dice de un vino que se debe servir muy frío, se hace para ocultar defectos. Un buen champán se debe servir a una temperatura de entre 5 y 9º. Para ello, no debe estar en la nevera, sino en la bodega -sí, cierto, son pocos los privilegiados que disponen de una- y lo meteremos en una cubitera media hora antes de servirlo. Primero introducimos la botella, después tres cuartas partes de hielo y finalmente agua hasta el hombro. Y se debe ir moviendo cada cinco o diez minutos para que se enfríe homogéneamente.

Nunca en el congelador, dicen los sabios

Nunca copa aflautada. Es más propia del espumoso que del champán, un vino muy complejo que necesita oxigenación y espacio. Menos aún, copa 'pompadour', esa a la que se atribuye ser el molde del seno de la Pompadour (o de María Antonieta, la leyenda no lo deja claro) y que, en realidad, no sirve más que para servir un cóctel de gambas. Pero la culpa no es nuestra: Hollywood nos mostró su cabalgata de estrellas bebiendo champán en copa achatada, desde Ingrid hasta Marilyn.

¿Y entonces qué? La opción ideal es la copa tulipa, una variante de la flauta que se ensancha en el centro y vuelve a ensancharse ligeramente en su extremo, con la idea de evitar que el carbónico se escape. Si no disponemos de la tulipa, podemos optar por una copa grande de vino. 

Esta es una de las variedades de copa tulipa

Nunca en los postres: es el vino menos adecuado para un postre, aunque haya postres que vayan bien con el champán. Siempre lo debemos servir en el aperitivo o en la comida, cuando tenemos los sentidos abiertos y apreciamos la elegancia, el detalle, el matiz. Si lo tomamos en el postre, es fácil que antes hayamos bebido vino tinto y este satura la boca, la adormece, la paraliza un poco. ¿Cómo vamos a tomar un vino elegante, delicado, después de un tinto? Siempre por delante, por favor. Y la opción del zapato... descartada.

Toma nota: el Grand Vintage Rosé 2008 de Moët Chandon
La singular cosecha de 2008, una temporada de cultivo irregular que produjo uvas excepcionales, ha permitido a la Maison elaborar el Grand Vintage Rosé 2008, que acaba de presentarse en sociedad. En él se combinan el arte y experiencia del Chef de Cave, Benoit Gouez, con el 'savoir faire' y la herencia de Moët Chandom.

MARÍA CORISCO

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