Enóloga de la bodega Azpilicueta, Elena Adell ofreció ayer una conferencia sobre la influencia de la copa en el olor y el sabor del vino durante la semifinal gijonesa de la XX Edición del concurso «La Nariz de Oro», que selecciona a los mejores sumilleres de España.
-¿Cómo influye la copa en el vino?
-Un mismo vino puede cambiar muchísimo en función de la herramienta que utilizamos para degustarlo, es decir, en función de la copa. Pero no sólo cambia su aroma, sino también su sabor. Un vino tremendamente armónico, suave, redondo en la boca, puede parecer incluso amargo por culpa de la copa.
-¿Es una cuestión de formas o de calidad del cristal?
-Depende muchísimo de la forma de la copa, pero también de la calidad del cristal y de su grosor. Una copa, cuanto más fina es, más amplifica las sensaciones del vino.
-¿Qué copas son los más apropiadas?
-No se pueden tener 17 tipos de copas de vino en un restaurante o en una casa, pero lo que sí se deberían tener es una copa para tinto y una copa para blanco.
-¿Cómo deben ser las copas para tinto y para blanco?
-Una copa de tinto tiene que tener un buen volumen, forma de tulipa, es decir, ser un poco más ancha en la zona central y recogerse en la parte alta. Por el contrario, una copa para blanco debe ser algo más pequeña, más cilíndrica, también con cierta forma de tulipa, pero sin la panza tan marcada.
-¿Se cuidan estos detalles en los negocios hosteleros?
-Yo creo que no se cuida especialmente, pero no por falta de interés. Cada vez hay mejores copas, tanto en los restaurantes como en las tiendas de degustación y vinotecas. Pero muchas veces, existe cierto desconocimiento de todas estas cuestiones. Por eso, los que hacemos los vinos queremos potenciar este mensaje: si te equivocas en la copa, no se transmite bien el mensaje del caldo.
-Entonces, una mala copa puede arruinar un buen vino.
-En función de la copa, puedes notar una intensidad diez del vino o una intensidad cuatro. Algunas copas transforman por completo el sabor, hasta el punto de que destacan amargor. El vino no se nota ni tan suave ni tan equilibrado como con una buena. Una mala copa te puede destrozar en la boca un buen caldo.
-¿El consumidor habitual valora estos aspectos?
-Somos uno de los principales países productores y el vino forma parte de nuestra cultura. Debemos seguir peleando por que esto siga siendo así. Cuando un niño observa en su casa cómo los mayores consumen vino con moderación y responsabilidad, respetará esa bebida en el futuro.
-¿Acaso no se respeta lo suficiente el vino?
-Últimamente se ha demonizado el vino porque es un producto con alcohol. Lo importante es que el vino recobre el protagonismo que siempre tuvo en la mesa. No nos podemos olvidar de que el vino es un alimento saludable cuando se consume en edad adulta y con moderación.
-¿Dará buenos vinos la cosecha de este año?
-Está siendo una cosecha muy buena. Ha sido una vendimia prolongada y prácticamente no ha llovido durante toda la recolección. Además, la uva ha entrado sanísima. Por eso, las perspectivas son fantásticas.
ELOY MÉNDEZ
Fuente: lne.es
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