Su infancia entre fogones de la selva
Nelson, hijo de padre italiano y madre indígena (india Baré), pasó parte de su niñez con su abuela materna, a quien le fue asignado el encargarse de la cocina de 35 misioneros. Desde los 5 hasta los 8 años, Nelson vivió selva adentro donde compartió con 19 etnias -enmarcada en los Yanomami y los Piaroa- y los fogones de su cocina. Allí los aromas y sabores, que se fueron adentrando en su pensamiento y personalidad, marcarían su futuro.
La gastronomía como su misión de vida
En los años 80, la tendencia gastronómica europea era la que marcaba la pauta, en especial la francesa. Nelson se mantuvo en la comida francesa por años hasta que, 15 años atrás, decidió dedicarse a la comida amazónica. Fue un choque fuerte de sabores y olores de los ingredientes y aquí vino su segundo enfrentamiento con su público cuando cambia su cocina francesa por ésta. Sintió cierto temor, pero ahora ve con placer el rompimiento de muchos paradigmas.
Méndez enmarca la comida amazónica en cuatro sabores: la picante, lo ahumado, el agrio y el derivado de palma. Este último le da un sabor muy particular a la comida. Muchos de los platos que son parte de nuestra realidad culinaria eran preparados por nuestros indígenas muchos años atrás.
La comida autóctona vs. la influencia de la comida francesa.
Su aporte en el despertar de la vena indígena del venezolano
Nelson nos comenta que el 90% de los venezolanos había perdido su vena indígena, pero ese despertar, ese reencuentro ya es parte de nosotros. Esa vena está volviendo a surgir y comienza a circular tímidamente.
Para él, hay un sonar importante de la comida venezolana, un tambor que está allí. Según las palabras del mismo Nelson: “Lo que hoy tenemos es un patrimonio de productos único. Hay que explotarlos para que sea un patrimonio gastronómico” . Él se siente orgulloso que ese sea parte de su aporte. Nelson deja las enseñanzas de cómo desarrollar esos productos, para que otros se animen, y en conjunto, hagan patrimonio gastronómico.
Para él, el sonido de ese tambor es conciencia, y por eso llegó para quedarse. Este proceso no tiene marcha atrás y ve, a futuro, un auge importante de la comida venezolana. Por esa vehemencia con que nos dijo que creía en este despertar, nos atrevimos a preguntarle quién era Nelson Méndez: ¿Panamericano, venezolano o indígena?
Con un brillo especial en sus ojos y una sonrisa que expresaba el orgullo de su respuesta: “Indígena, indígena e indígena”
No hay comentarios. :
Publicar un comentario