Esta semana, Le Gourmet realizará un evento donde el comensal asistente podrá degustar platos que serán complementados con un producto muy cotizado en la Alta Cocina mundial y conocido por todo Gourmet Urbano: la Trufa Blanca de Alba de Piamonte.
La trufa es un hongo subterráneo que crece en simbiosis con las raíces de algunos árboles, como el álamo, la encina, el avellano o el roble. Su aspecto es muy parecido a una papa, es rugoso, y su color puede variar (entre negro y color marfil claro) al igual que su tamaño; pero ni el color ni el tamaño afecta su sabor delicado y algo amargo, y su penetrante que a veces pica. Al crecer debajo de la tierra, la búsqueda de ellas exige experiencia, para la cual sus recolectores se preparan, estudian y entrenan a perros que los ayudan en la recolección.
Existen muchas especies de trufas, la mayoría de ellas se dan en europa, pero las más buscadas son las trufas negras y las trufas blancas. La más famosa de todas es la trufa blanca de Alba la cual es muy delicada por lo que se debe consumir en un tiempo muy corto y de aroma volátil por lo que no debe ser cocida sino consumida cruda en láminas o rallada sobre los alimentos para que aporte al plato ese sabor tan apreciado por los Gourmets. Resulta curioso que teniendo un crecimiento tan humilde sea tan valorada como aderezo culinario a nivel mundial. Otra ventaja de la trufa en la cocina es que es fácil de preparar. Aquí un plato sencillo: frían un huevo trufado y una vez ya cocinado coloquenle un poco de trufa rallada y dejen que se cocine con el calor del huevo por unos 30 segundos para que suelte su sabor y aroma. Otra experiencia es combinar la trufa con el vino, ya que dependiendo de la intensidad de sabor y olor de la trufa dependerá el vino a escoger, es una selección compleja pero muy personal.
Su fama mundial la señala como un producto afrodisíaco, pero tiene los mismos beneficios que las setas: es un alimento ligero, bajo en grasas y carbohidratos. Un alimento regulador por su gran contenido mineral como el potasio el magnesio, el fosforo, el hierro y el calcio. También un alimento antioxidante por su alto contenido en las vitaminas del grupo B.
Tuve la oportunidad de probar la trufa blanca siendo apenas una niña y sin el conocimiento de ahora, pero una de las bendiciones de la comida es que los sabores se aferran a momentos que perduran por años: recuerdo el olor penetrante cuando mi madrina -nacida en el Friuli, Italia- abrió el envase para sacar una trufa del tamaño de un limón muy pequeño. Me sorprendió su suave textura cuando lo cortó en rebanadas, su transformación ante mis ojos con el calor del pan recién tostado, el aceite y el toque de sal que le acompañaba. El sabor al primer bocado que me recordó el olor a hierbas y especias quemadas pero con un toque curiosamente dulzón. Si en algún momento, amigo Gourmet, tiene la oportunidad de probarlo, hágalo y disfrútelo. Lo recordará no sólo como un alimento sano, será una experiencia gastronómica inolvidable.
FUENTE: http://www.trufamania.com
Walezca Barrios
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