Por eso, las leyes es mejor no tomarlas demasiado en cuenta y que, salvo un par de buenos consejos, lo mejor es experimentar.“Al combinar comidas y vinos, la verdad es que existe libertad total.”
Teniendo eso en mente, está el caso de la comida especiada. La de India, por ejemplo. O la Thai o algunos platos mexicanos o peruanos en los que se resalta el calor, el ají, el picor.
En esos casos, la verdad es que lo mejor es ir por una cerveza, o por un gran vaso de agua y hielo para apagar el tremendo incendio que se nos viene sobre la lengua.
¿Han probado cervezas de la India? Son buenas, pero también son ligeras, refrescantes, pensadas para el tipo de comida que se come por esos lados.
¿Es posible que no haya ningún vino que uno pueda abrir junto a un cebiche generoso en ají rocoto? ¿No será posible dar con alguna cepa tinta que acompañe mi curry de cordero? Sí, sí es posible.
Pero el punto es que yo al menos tendría cuidado con elegir el vino. Ustedes tomen lo que les dé la gana, pero ojo, que puede que una mala elección equivalga -en estos casos- a apagar un incendio con gasolina.
Y con 'gasolina' me refiero, principalmente, a vinos con un alto grado de alcohol. Por ejemplo, si uno piensa en cordero se le viene a la cabeza un tinto potente, como un syrah de Australia que le haga el peso al tremendo volumen de un plato hecho con base en esta carne. Pero si hablamos de curry (vaya a saber uno cuántas especias tiene la receta original) el asunto se modifica.
Ya no es tan necesario equilibrar el volumen de ambos, sino que más bien lo que se necesita es buscar un tinto (un blanco sería como agua) que refresque y acompañe.
Yo pensaría en tintos ligeros, como el Beaujolais o, mejor, algún rioja joven sin mucha madera. Ahí tienen texturas suaves, buena acidez para refrescar y algo de sabor que complemente estas preparaciones, condimentadas en extremo. Lo mismo si se topan con unos frijoles con chile.
La última vez que estuve en ese trance, prometí no volver a pecar nunca más. Ahora, también uno puede optar por blancos, no en el caso de estos chiles o con curry de carnes rojas, pero sí para platos picantes a base de pescados, como el cebiche del que hablamos o un biryani de langostinos -uno de mis platos favoritos-, una suerte de paella a la manera de la India, pero con una cantidad de especias que mejor ni contarlas.
En estos casos, cepas blancas ligeras, como el albariño, el sauvignon blanc , el pinot grigio o quizás también el riesling van muy bien, refrescan, simulan el efecto calmante de la cerveza. También pueden intentar con tintos, claro, pero sírvanlos más helados de lo habitual y, sobre todo, en tintos o blancos, que el alcohol no supere los 13,5 grados. Si no encuentran, lo mejor es que se destapen una cerveza.
Patricio Tapia
Para EL TIEMPO
Fuente: eltiempo.com
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