El Gourmet Urbano: Pietro Carbone (@carbonespresso): El ritual del café.

martes, 8 de febrero de 2011

Pietro Carbone (@carbonespresso): El ritual del café.

¿Alguna vez se han preguntado si existen rituales para el café? Así como el ritual del Té de los japoneses. En este oportunidad describiremos algunos de ellos.
 
Uno de las que más me ha impactado, es el de Etiopía: La cuna del Café. El lugar mágico donde salió ese maravilloso grano para el resto del mundo, la cuna de Lucy, esqueleto de un homínido perteneciente a la especie Australopithecus afarensis (hembra) con más de 3.2 millones de años de antigüedad. Cuna del Café, y de la Humanidad.
 
El rito jamás lo he presenciado, pero he leído algo de él. La mujer de la casa es la encargada de preparar la ceremonia del café (¿será por eso que ese esqueleto es mujer?). Comienza con el tostado de los granos (que se consiguen en cualquier mercado) en una sartén de hierro sobre un brasero pequeño, los cuales remueve constantemente hasta que se consigue un color oscuro y salen los aceites característicos. Luego de esto, se hace partícipe a los invitados a oler los aromas del grano tostado. A continuación se muelen en un mortero hasta que se convierte en polvo y se pone a calentar el agua en la cafetera de barro negro, la tradicional yebena. Poco a poco se procede a echar el café en el agua, y se deja hasta que hierva. Por último, se deja reposar. Es en ese momento que se sirve. Cada taza tiene su nombre propio, la primera taza se llama abol y se reserva para los invitados por ser la de mayor sabor y fuerza; la segunda se llama tonna y la tercera, bereka. Todo un ritual para degustar 3 tazas de café.

 
Por supuesto, del otro lado del mundo, tenemos el ritual de un Café Italiano. El ritual del Espresso que debería de tomarse en un bar italiano: Llegar al sitio, oler la atmósfera de café recién molido, el sonido de los molinos. Luego, presentarse al barista y decirle “Un Caffe per piacere”. Éste, sin mediar otra palabra, sirve un espresso perfecto. Hecho de manera espressa, y expresamente para nosotros, que se sirve en la taza caliente, gracias a la labor del calienta-tazas de la gran máquina espresso.
 
El Ritual del Espresso, para mí, es algo íntimo, una experiencia personal; más que eso es una experiencia particular, algo que debe disfrutarse, si bien en buena compañía pero de una manera privada, es un ritual con uno mismo. Es una comunión, una experiencia casi religiosa. Además, yo celebro mi propio ritual al prepararme mis propios espressos. Desde la selección del grano, el tostado, el molido, oler ese café recién molido, cargar el filtro con 7 gramos de café molido, purgar la máquina para quitarle los restos de vapor de agua retenido, colocar el portafiltro en la máquina, para disfrutar de -el momento más sagrado para mí- la extracción del espresso. Son 30 segundos gloriosos, 30cc. cargados de color, texturas, calor. Ese es mi verdadero ritual, y el clímax del proceso está en la taza con un espresso insuperable.
 
Caso contrario me pasa con el capuccino. Considero que un capuccino es un ritual que se debe compartir con alguien, en especial si es la persona amada. Es un proceso de destapar la botella de leche, elaborar la crema adecuadamente, seleccionar una bella taza, servir el espresso perfecto, y encima, servir de forma adecuada la leche. Esto debe hacerse sin romper la crema y tratando de hacer algún dibujo en contraste con los colores del café y la crema de la leche. Un ritual ideal para recibir visitas, lo disfruto acompañado. Es más, particularmente yo no tomo capuccino, sólo cuando estoy en buena compañía.
 
En el caso de las preparaciones en Venezuela, el ritual es algo más familiar. Normalmente, el primero que se levanta es el que pone a colar el café, y aunque no todos se sientan a la mesa a desayunar juntos, es innegable que la mañana arranca en torno a una rica taza de café. Algunas casas tienen su propios “baristas” que no necesariamente es el SEÑOR de la casa, sino la SEÑORA. De igual forma, en los últimos tiempos he visto -con gusto- que los venezolanos están escogiendo cada día un mejor café, y ya eso es parte del ritual: empeñarse en tomar una mejor bebida, y más con los excelentes granos que tenemos. Normalmente, el ritual arranca a las 4:30 a.m., hora en que mi Venezuela comienza a oler a café, hora en que se levanta mi país.
 
En mi caso, ¿ya adivinaron a quien le toca llevar el capuccino a la cama verdad?
 
Y para ti, ¿cuál es tu ritual del café?
 
Hasta la Próxima
¡Café y vida!
 
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Pietro Carbone
Barista
http://carbonespresso.blogspot.com





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1 comentario :

Unknown dijo...

Me encanta esa narrativa tan detallada de los pasos para elaborar el cafe, en mi caso el cafe siempre ha representado la manera en que en mi familia nos sentamos a compartir el cafe con un buen trozo de pan recien hecho (mi familia vive en San cristobal) y es olor no tanto de la manana sino el cafe de la merienda me lleva a esos momentos en que aun vivia con mis padres. Es maravilloso como una bebida tan especial te conecta con sentimientoa tan profundos. Wow!!!