Que la comida mexicana se ha convertido en una de las gastronomías más difundidas en todo el planeta es una verdad casi irrefutable. Lo mismo que la disfruta un azteca en otro país que un italiano, un japonés o un venezolano. No es de gratis que la edición 2010 de Madrid Fusión –considerada por muchos como la máxima cita de la culinaria mundial por donde se pasean los grandes maestros de los fogones y en donde se resaltan las propuestas más firmes- estuvo dedicada a México y a su mesa. Ya lo ha comentado el mismísimo chef español, Ferrán Adriá, con “el futuro de la gastronomía está en Latinoamérica”. Y es que si estamos asombrados con el fenómeno que ha resultado ser la cocina peruana y recibimos con emoción el trabajo de los nuevos embajadores de la cocina colombiana, no podemos sino reconocer que delante de todo ese movimiento de emancipación está México y su cocina.
Basada en maíz, ajíes, moles y muchísimo atrevimiento, esta mesa multisápida, y originalmente indígena, es la más ancestral de Latinoamérica y logró colarse en el Nuevo y Viejo Mundo sin distingos.
Venezuela, tan dada a la democratización de sabores y al amparo de las mesas foráneas, siempre ha coqueteado con la comida de los charros, pero hasta hace poco parecía estar confinada a locales ambulantes o a establecimientos que de tanto afanarse por la decoración, la música y el acento exagerado de sus dueños, olvidaban hacer justicia a los platos típicos con preparación de primera, sin tantos artilugios innecesarios.
Valencia, por ser una de las ciudades más pujantes del país, se ha abierto complacida a la llegada de nuevas propuestas, pero sin dejarse encantar banalmente por aquellas que no son consistentes con el tiempo. Ya los valencianos han tenido que convivir con la creencia de que son difíciles de complacer, pero para los que hemos nacido y vivido aquí, esa consustancial exigencia pareciera estar más orientada a disfrutar de cosas verdaderamente buenas –por las escasas opciones que hay en comparación con Caracas- que a un mero capricho.
¿Cómo surgió Híjoles Q´ Tacos?
Como pareciera que el paladar local se ha educado paulatinamente y se ha vuelto más exigente, incluso con la comida más llana, han surgido sitios más dados a complacer honestamente a los comensales.
Híjole Que Tacos, ubicado en la urbanización El Viñedo de nuestra ciudad, nació hace tres años y desde sus inicios es como un oasis para los que a veces se arrebatan por unos antojitos.
Mexicanos, simples pero muy gustosos.
Nacidos en Chihuahua, criados en Querétaro y con 30 años en Venezuela, los tres hermanos La Bergere se sintieron motivados a establecer una venta de comida mexicana hace muchos años en nuestra ciudad.
Hace más de una década se animaron y montaron un “carrito” en lo que hoy se conoce como Mañongo, la calle del hambre más famosa del norte de la ciudad. Ante el éxito rotundo que lograron con esta iniciativa y movidos por tener más formalidad, sumaron esfuerzos para abrir un local en el municipio Naguanagua, pero la burocracia momentánea impidió realizar el sueño.
Cada hermano se dedicó a otros proyectos, pero luego se dieron cuenta que ese deseo primario no había desaparecido. Retomaron las ilusiones y así inauguraron el local que hoy existe.
El sitio
Actualmente es Ricardo -uno de los hermanos- y su esposa, una simpática venezolana de nombre Lisbeth, los encargados de regentar Híjole Q´ Tacos, un pequeño restaurante con 12 mesas y una capacidad para 48 clientes.
El espacio cuenta con una suerte de terraza al aire libre desde donde se puede disfrutar de la dinámica citadina porque el restaurante está ubicado en uno de los puntos más neurálgicos de El Viñedo. El resto de las mesas están en el interior del local para los que quieren más privacidad.
La propuesta gastronómica.
A diario, en Híjole Q´ Tacos, se ve a los esposos comandar desde la cocina a las 11 personas que le acompañan en el afán de preparar cosas ricas, muy típicas de México.
Resultan platos sencillos pero tradicionales como los famosos tacos dorados o guisados; enchiladadas que consisten en tortillas de maíz que se cubren con diferentes salsas, y por eso resultan las verdes con una salsa de tomate verde, entomatadas con tomate rojo o jitomate, enfrijoladas con crema de frijoles o de mole con un delicioso mole absolutamente mexicano, a base de chocolate, diferentes ajíes y un montón de ingredientes más; sopa de tortillas; quesadillas; flautas; zopes; tostadas; volcánes; tamales; ensalada servida en una cesta de galleta; totopos -conocidos ampliamente como nachos- entre muchos otros.
A la hora del postre, nada mejor que consentirse con un Jericaya, una suerte de flan a base de canela, absolutamente mexicano, el cual es preparado por la madre de Ricardo. También es muy buena opción la torta de jojoto y una torta de auyama con cabello de Ángel, elaborado por paisanos de la familia La Bergere. Como bebida no podía faltar la tradicional y tan consabida agua de Jamaica.
Horario de atención.
El negocio, tan familiar y cálido, está abierto de martes a viernes de 12:00 m a 10:00 pm y los sábados y domingos de 1:00 pm a 10:00 pm.
Un dato importante es que todos los platos son preparados con las tortillas, tostadas y totopos que salen de la fábrica Mixteco, propiedad de Ivonne, una de las hermanas La Bergere.
Si pasan por Valencia y desean matar el antojo de una buena comida mexicana, pidan que los traigan a Híjole Q´ Tacos y disfruten de una gustosa y honesta experiencia gastronómica.
Marielis Arteaga
Corresponsal Valencia-Venezuela
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