A raíz de algunos avisos comerciales y publicaciones que leí en esos días, en los que se preguntaba ¿qué vino le vas a regalar a tu mamá? o ¿con qué vino vas a celebrar a tu mamá?, me puse a pensar que hasta hace un par de años esa pregunta sólo se habría hecho para la celebración del Día de Padre, no para una actividad donde las mujeres somos el centro.
No podemos negar que hasta hace poco el mundo del vino, así como tantos otros espacios, estaba reservado casi exclusivamente para los hombres. En cambio hoy, las mujeres nos hemos “infiltrado” en esta industria, desde distintos campos de batalla y saben que… !no nos moverán!
Sirvámonos una copa.
Muy lejos se ven los tiempos en que era extraño encontrar un grupo de mujeres compartiendo una botella de vino o que decidieran qué variedad consumir en un restaurante. De hecho, al mostrar y dar a degustar la botella de vino, lo más probable es que aún sea al hombre a quien concedan ese privilegio o esa responsabilidad, según sea la situación. En cuanto a negocios, también era extraño que mujeres estuvieran involucradas en la toma de decisiones en una viña, hoy encontramos a muchas y, si hablamos en materia productiva, hay cifras que indican que un tercio de los enólogos en Chile son mujeres. Sumemos a lo anterior analistas en laboratorios, diseñadoras de etiquetas, relacionistas públicas, encargadas de marketing, periodistas, sommeliers y un largo etcétera de mujeres relacionadas con esta industria.
Como ocurre en todo negocio, los productores estudian al consumidor de vinos para saber a quién estamos ofreciendo nuestra oferta y poder hacerlo de la manera correcta; factores económicos por supuesto son muy importantes, consumo per cápita, variedades con mejor recepción, lugares de consumo, lugares de compra, edad y sexo de los consumidores son analizados periódicamente. Estos estudios se concentran en el segmento femenino y lo describen como un público influyente en la toma de decisiones al momento de comprar vinos.
Por mucho que se plantea que estamos en una sociedad igualitaria, “casi siempre” somos las mujeres quienes vamos al supermercado y quienes organizamos la comida con amigos que haremos en casa. Si esto es así, ¿no les parece evidente que el género femenino esté tomado tantos cursos de cata o sean socias de clubes de amantes del vino? Al menos para mí es una tendencia que se hace evidente cada día en los diversos países a los que he viajado por las acciones promocionales del vino chileno.
Puede que muchos de ustedes hayan escuchado que las mujeres toman más vino blanco porque son más suaves o frutosos que los tintos; otros dicen que el consumo femenino de vinos se inicia con vinos blancos y que a partir de ahí va evolucionando junto con el conocimiento hasta los vinos rojos más complejos. En base a nuestra experiencia, les puedo contar que cada vez que hemos ofrecido cursos sólo para mujeres en diversos mercados la sala siempre ha estado repleta y resulta un evento muy interactivo, siendo los temas favoritos para nosotras el rosé, los espumantes y el Late Harvest.
Una muestra de la importancia que se da al género femenino en esta industria es la Guía Mujer y Vino que edita en Chile la periodista Ana María Barahona. Si quieren saber más de vinos chilenos bajo la óptica de una mujer, no se pueden quedar sin ver este material.
¡Salud! y hasta la próxima…
Paola Vásquez
Coordinadora Nacional de Vinos
Prochile - Chile
No hay comentarios. :
Publicar un comentario