Hay ciertas películas que son íconos de la vida, esas que con sólo ver una pequeña escena sabemos de inmediato de qué trata la película; para mí ese es el caso de Tomates verdes fritos (Fried Green Tomatoes) de 1991.
Un verdadero hito en la historia del cine gourmet, no sólo por la calidad de su realización desde el aspecto técnico, ni porque su título es el nombre de un platillo del sur de los Estados Unidos, cosa que me encanta; es un hito porque el argumento está hilado armoniosamente, como un buen guisado.
Este filme, basado en la novela homónima de Fannie Flagg, narra magistralmente una historia dentro de otra historia, en dos tiempos y lugares distintos. Ninny, ya anciana, va contando sus aventuras de juventud llenas de recuerdos curiosos que giraban en torno a una gran amistad y a la cocina del Wistle Stop Café.
La narración nos lleva a la Alabama de los años veinte donde dos amigas, Idgie y Ruth, luchan contra los prejuicios machista y racista sociedad norteamericana. Desde su cocina Ruth prodiga amor con sus platillos a los comensales que viajan en el tren, ya que su negocio es un restaurante de estación de trenes. Allí deleitan a sus clientes con platos tradicionales de la gastronomía del sur de los Estados Unidos y con su especial: Tomates Verdes Fritos. Esta película habla de la vida, pero sobre todo de la amistad, de ese compartir íntimo entre amigos, que participan en lo bueno pero que también ayudan a soportar las cargas de las vicisitudes de la vida. Es una película feminista que hace una muestra de la evolución del feminismo, sobre los diversos roles que ha sido obligada a asumir la mujer, sobre los presiones que recibieron las mujeres y sobre la búsqueda de la independencia económica y cultural de la mujer en una sociedad llena de prejuicios.
Una escena que resulta maravillosa es la de la gran barbacoa que hacen en el café y donde todos los clientes se sorprenden del delicioso condimento, de la suavidad de la carne y de lo perfectamente cocida que está. Incluso el suspicaz detective, que intenta descubrir el misterio en torno a la desaparición del abusivo marido de Ruth, repite del asado varias veces; y aunque sospecha de Idgie, permite que ésta le sirva una y otra vez la suculenta carne. Lo que no saben es que la ingeniosa Idgie y el Gran George han condimentado y cocido lentamente el cuerpo del cadáver del marido de Ruth, quien intentaba robarse a su propio bebé como forma de presión para que su esposa, quien lo había abandonado por su constantes abusos, volviera con él; y en un acto de legítima defensa lo asesinan en casa de Ruth. ¿El secreto de la barbacoa? La salsa, así como reza el eslogan publicitario de la película, ¿El secreto de la vida? Está en la salsa, responde Idgie a las preguntas sobre el secreto del delicioso plato que ofrecen como especial.
Ésta sin duda es una de las mejores gastropelículas jamás hecha y que quizá será para muchos, como ya lo es para mí, un ícono de este género. Hará del grito de guerra de Idgie -¡TOWANDA!- Un símbolo del coraje de la lucha feminista.
Aunque no acostumbro a poner recetas, les dejo mi propia versión de Los Tomates Verdes fritos, basada en la que su autora F. Flagg pone en el libro, pero con una adaptación que me resulta deliciosa.
Tomates Verdes Fritos como le gustarían a Towanda
Toma un par de tomates margariteños muy verdes, grandes y hermosos (y esto es de suma importancia, no deben ser pintones sino muy verdes), córtalos en ruedas que no estén muy finas. Marínalos amorosamente con jugo de limón, un poco de aceite, un diente grande de ajo finamente picado, un pizca de azúcar, sal, pimienta y pimienta de cayena, por al menos cinco minutos. Escúrrelos un poco y pásalos sin miedo por harina de trigo, luego por huevo batido con un poco de leche mezclado con sal y pimienta; después los pasas por harina de maíz amarillo mezclada con tomillo y ajo en polvo, y fríelos mientras oyes Cross Road Blues de Robert Johnson. Acompáñalos con una salsa BBQ casera muy especiada o con un pesto de perejil y maní.
Antonio Gámez
Cocinero Venezolano
Investigador del Proyecto Odisea Culinaria
Cinéfilo
TÍTULO ORIGINAL | Fried Green Tomatoes | ||
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DIRECTOR | |||
GUIÓN | Fannie Flagg & Carol Sobieski (Novela: Fannie Flagg) | ||
MÚSICA | Thomas Newman | ||
FOTOGRAFÍA | Geoffrey Simpson | ||
REPARTO | Kathy Bates, Jessica Tandy, Mary Stuart Masterson, Mary-Louise Parker, Chris O'Donnell, Cicely Tyson, Gailard Sartain, Gary Basaraba, Stan Shaw | ||
PRODUCTORA | Universal Pictures / The Rank Organisation / Act III Communications / Electric Shadow Productions / Avnet/Kerner Productions |
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