El Gourmet Urbano: Juan Felipe Quintero (@JuanFelipe72): ¿Vino tinto? No. Me duele la cabeza

jueves, 28 de julio de 2011

Juan Felipe Quintero (@JuanFelipe72): ¿Vino tinto? No. Me duele la cabeza

 

11-06-02 juan felipe quinteroEn los ocho años que tengo de tomar vino, seis de ellos poniendo mucho más cuidado, tanto he escuchado que el mejor Malbec del mundo es argentino, como que los tintos dan dolor de cabeza. Y no se imaginen exceso ni resaca: “Con solo una copa el dolor me enloquece”, coinciden los afectados. ¡Ah, la excusa universal!, podría pensar alguien que ve que su botella fantástica, de buen origen, de gran elaboración, se está quedando servida, despreciada.

 

clip_image001Pero es verdad: les genera dolor, fuerte, suficiente como para decirle no a una copa servida en un momento inolvidable de celebración o a un Chateau Petrus, de esos franceses cotizados en 3.5 millones de pesos la botella.

 

Los acusados son los tintos y sus víctimas ni preguntan si Carmenere o Syrah, si de Sudáfrica o de California. Otros en cambio señalan el Cabernet Sauvignon como el más duro.

 

Sobre las razones, dice Patricio Tapia que puede ser el consumo en exceso. Pero, como en este caso aquéllos con sólo ver una copa de tinto ya se ponen arrozudos, otro desencadenante, agrega el experto chileno “es tener sensibilidad a los sulfitos”. Se trata de una sal, que bien es un componente natural de la planta o puede ser añadida en la bodega de elaboración para funciones antioxidantes, desinfectantes y depuradoras del color.

Para la aparición de dolor, además de los sulfitos, tan necesarios para impedir la formación de bacterias y para mantener los vinos frescos, agrega Hugo Sabogal, que otros probables agentes responsables son los taninos y sobre todo el alcohol.

 

Mantenga el plan: amigos+vino

 

“Pero no es un problema del vino, es más bien de hábitos, de baja tolerancia de la persona. Este tipo de bebidas tienen componentes que, por ejemplo, limpian la grasa de las arterias, no son agüita; pero pesa más la falta de costumbre”, anota Hugo Sabogal, representante para Latinoamérica de Wines of Argentina.

 

Las aminas y los polifenoles y sus efectos en la dilatación o la constricción de los vasos sanguíneos, son otra causa señalada por el cardiólogo y gran aficionado Dagnóvar Aristizábal, quien aclara que “estos efectos no son propiamente una alergia”.

 

Por supuesto, esta lista de factores no es para que se llene de prevención y desmonte el plan de asado con Cabernet Sauvignon que tiene para la tarde o la noche de pizza acompañada con Merlot. Primero, los efectos no le dañan las copas a todo el mundo y segundo, como dice el enófilo chileno Fernando Díaz, “no solo el vino tinto produce jaqueca. También pueden precipitar dolores el café, el chocolate, los embutidos, los quesos añejos y la salsa de soya”.

 

Con sensibilidad a los componentes o, al contrario, con vía libre para el disfrute, de todas formas la clave en el vino es beber con moderación. Este no es un mundo de copas “hasta el fondo”, de “borracho hasta el amanecer”, es más de realzar el gusto de las comidas y tener las mejores conversaciones con amigos.

 

Cuatro expertos, cuatro ideas

  1. Esteban Lafaurie sugiere, por ensayo y error, descubrir la cepa que le genera dolores. O beber un tinto suave como Pinot Noir o los blancos.
  2. Tener vasos de agua en la mesa, para hidratarse y diluir el efecto del alcohol del vino en la sangre, es la propuesta de Hugo Sabogal.
  3. “Como consumidor, ser moderado; como productor, respetar los rangos de metanol, sulfuroso y CO2″: dice Cristián Urzua, de Viña La Rosa.
  4. Acompañar las copas con comidas bajas en grasa, aliños o especias muy fuertes o mucho ajo, es la vía que sugiere Fernando Díaz.

 

¡Hasta la próxima!

 

Juan Felipe Quintero

Periodista de Vinos

La Cava de Quintero

 

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