Recuerdo en la entrevista de radio que me hizo el profesor Elías Pino Iturrieta ( @EliasPino ) junto con Jaime Bello León ( @JBelloLeon ) en su programa Los pasos perdidos. por la Cultural 97.7 FM. El profesor comentó que las aulas deberían ser los cafés. Gran espacio para el intercambio de ideas.
Entre las grandes ideas que han surgido alrededor del café han sido:
• La urna de votación
• La propina
• El lenguaje de programación Java
• Los autos Peugeot
Pero una de las ideas más curiosas apareció el 4 de Octubre de 1947, hace 64 años, cuando 2 investigadores del laboratorio de Física Aplicada, George Weiffenbach y William Guier, tomaban su taza de café matutino en la cafetería de la Universidad de Johns Hopkins en Maryland, USA. Allí leyeron la noticia de que el satélite Sputnik I lanzado por los Soviéticos ya estaba orbitando la tierra.
Entre la sorpresa de la noticia, comenzaron a intercambiar ideas, surgió una chispa que les hizo preguntarse, ¿Podemos sintonizar el satélite?, ¿Podríamos escucharlo?. Así que salieron de la cafetería directo a su laboratorio y con una gran antena comenzaron a sintonizar al satélite. A las 2 horas lo tenían ubicado y comenzaron a registrar el día y la hora de cada frecuencia registrada.
Después de varios días, quizás en la misma cafetería con su respectiva taza de café en mano e intercambiando ideas sobre el proyecto, llegó otra chispa. ¿Podríamos calcular la velocidad del satélite?. A las 3 ó 4 semanas ya tenían definida la trayectoria exacta del Sputnik. A las 2 semanas llega el jefe Frank Mc Clure y les comenta, que si ya encontraron la forma de saber la ubicación desconocida del satélite mientras gira alrededor del planeta, ¿Podrían hacerlo al revés?, ¿Podrían ubicar algo en la superficie terrestre si supieran la ubicación del satélite?. No hay ningún problema, respondieron los físicos aceptando el reto. ¡Genial! exclamó el jefe. Porque tenemos unos nuevos submarinos nucleares y es difícil hacer para que los misiles lleguen a Moscú, no sabemos la ubicación exacta de los submarinos en el océano y no podemos calcular la trayectoria así que enviaremos 4 satélites para ubicar los submarinos y resolver el problema.
Así nació el GPS. Con un satélite enemigo y un par de tazas de café.
Espero que hayas disfrutado este post como yo al escribirlo.
Hasta la próxima taza de café... ¿por Foursquare?
Gracias.
Paramaconi Acosta
Barista CertificadoBGA,SCAA ySCAE.
Director/Instructor de la EscuelaVenezolanadelCafé.
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