Su ponencia se llamó La cocina mediterránea con la despensa del Caribe, en la que preparó exquisitos platos de fácil elaboración mientras expresaba su filosofía sobre la cocina y la importancia de que la misma esté deslastrada de todo tinte político y económico. El Gran Salón se inundó de sabores que despertaron en cada uno de los asistentes ese deseo de ver sus raíces través de una despensa más honesta, regional, sin dejar de ser global.
Luego de su ponencia pudimos compartir unos minutos con Sergi en la que pudimos preguntarle sobre cómo veía el futuro de la gastronomía española y qué es lo importante que la sociedad debe defender de su gastronomía y tomar de otras.
El futuro de la gastronomía española
Para Sergi, la gastronomía ha entrado en un periodo interesante de cambio: La muerte de Santi, el cierre del Bulli, la crisis económica mundial y la generación de relevo que viene con otro pensar indican que este cambio será trascendental en un tiempo de unos 2 a 3 años.
“¿Hacia dónde va? ¡pues no sé!”, nos comenta Sergi. Hay mucho talento, se ha producido un fenómeno que ha involucrado a que los jóvenes cocineros se decanten por fórmulas más asequibles y generales, pero sin dejar a un lado la calidad y el buen gusto.
La gastronomía, la política y la sociedad.
Para Sergi, la política y la sociedad va por lados diferentes y ésta primera “o se monta en el mismo carro o seguirá siendo un lastre”, nos comenta.
Como ciudadano, Sergi considera que debemos defender a lo que tenemos acceso, que es legítimo y que debe convivir con un respeto y una armonía en referencia a lo que es su gastronomía regional. Con esto quiere decir que para él la cocina es global. No hay diferencia entre una arepa y un bocadillo si de ingredientes y preparación hablamos, son una preparación que llevan un relleno. La diferencia está en lo que ésta significa en la despensa de cada lugar y lo que éste transmite como cultura gastronómica.
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