 |
| Autor: André Karwath Fuente: Wikipedia |
Sin embargo merece especial atención el tema relativo a ciertos regímenes especiales motivado a condiciones específicas como lo es la diabetes y el consumo de alcohol. En este caso en particular, ha sido de especial interés para mi ofrecerles en esta entrega información sobre este punto porque en líneas generales, a la gran mayoría de las personas bien sea por hábitos sociales o no, eventualmente consume algún tipo de bebida alcohólica.
El alcohol interviene directamente en el funcionamiento normal del hígado, retardando también las funciones digestivas normales, condición que es bastante delicada en personas que padecen de diabetes.
Cuando los niveles de azúcar son demasiado bajos, normalmente el hígado produce glucosa o lo que es igual a azúcar; el alcohol interviene directamente en la disminución de la producción de azúcar, generando como consecuencia un cuadro de hipoglucemia o baja de azúcar en sangre.
La sintomatología de la hipoglucemia en las personas se manifiesta poco después de haber ingerido la persona algún tipo de alcohol y puede llegar hasta persistir entre las 8 y 12 horas posterior al su consumo.
Las siguientes consecuencias se pueden generar con el consumo de bebidas alcohólicas:
- Aumento en la producción de las grasas del cuerpo, especialmente los triglicéridos y el colesterol.
- Generación de acumulación de grasas en el hígado, interfiriendo con su función normal.
- Estimulación de la descomposición de las grasas en forma de cuerpos cetónicos (proceso al que se denomina cetosis).
- Aumento en la producción de ácido láctico (un proceso conocido como acidosis láctica).
Para caer un poco en cuenta, una medida de alcohol contiene aproximadamente de 100 kilocalorías en el alcohol solamente.
Los vinos dulces y la cerveza contienen desde luego carbohidratos, los cuales aportan calorías adicionales. En este caso, el riesgo que se asocia con las bebidas alcohólicas dulces o “preparados” es que se eleve el nivel de glucosa en nuestro organismo.
La insulina no es necesaria para metabolizar el alcohol, sin embargo éste puede ser utilizado como energía no requiere insulina para ser metabolizado (procesado). Sin embargo, el alcohol puede ser usado como energía. Cuando la energía es proveniente del alcohol no es usada inmediatamente, se almacena como grasas en forma de triglicéridos que estos a su vez si requieren de la insulina para metabolizarse.
Algunas recomendaciones que pueden podemos establecer en estos casos y que la Asociación Americana de Diabetes (ADA) también comentan son:
- Una medida de alcohol por día para las mujeres y dos medidas para los hombres. Una medida se considera a 360 ml de cerveza light, 150 ml de vino o 45 ml de bebidas alcohólicas destiladas como vodka, ginebra, whisky, etc.
- Evitar en forma absoluta el alcohol durante el embarazo
- Si quiere reemplazar algún tipo de alimentos por el alcohol, para no aumentar la ingesta calórica ni desequilibrar su dieta, haga el siguiente reemplazo: 1 medida de alcohol equivale a dos porciones de grasa.
Finalmente como siempre les comento, bajo una condición especial de salud y dependiendo de lo avanzada que ésta esté o no, siempre podrás disfrutar con mucha moderación de distintos tipos de bebidas alcohólicas.
Particularmente en personas que padecen de diabetes, es mejor degustar whisky, ginebra y vodka que cerveza porque la misma posee básicamente cebada y éste es un carbohidrato que eleva los niveles de azúcar en sangre.
Especial atención con el vino porque se encuentra hecho a base de uva; si lo van a consumir, que sea preferiblemente blanco por el menor contenido de azúcar del tipo de uva.
Ser precavido bien vale la pena como buen Gourmet que eres y que mejor que si estás dentro de una condición en particular, consultar a tu médico a la hora de querer disfrutar de un rato agradable y amenizado con una bebida de este tipo.
Ejercítate, hidrátate y sonríe ante la vida… A plenitud de ser un buen Gourmet.
Alix Waleska Escalante
Nutricionista
No hay comentarios. :
Publicar un comentario