El primer artículo se titula 10 problemas culinarios de la gente que recién se va a vivir sola y creo que por sí solo ya dice mucho, pero les recomiendo leer el post completo para que se den cuenta que si no les ha pasado algo de lo ahí mencionado entonces seguramente conocerán a alguien al que sí. El segundo artículo publicado unas semanas después se titula 10 tips para gente #inutilisima en la cocina y al leerlo me di cuenta de algo: Carolina Aguirre (@aguirrecaro), autora de ambas publicaciones, tocó un punto que para muchas personas es una especie de tabú.
No importa el lugar del mundo donde uno se crie, la gran mayoría tenemos un factor común: nacemos en el calor de una familia. Dicha familia, dependiendo la educación y la posición social, tendrá una repercusión importante en el comportamiento y los conocimientos que cada persona tendrá para su futuro, sea profesional o no. La cocina es un ámbito que no se queda fuera de esta cuestión.
Tengo la gran virtud de haber nacido en el seno de una familia amante de la cocina, desde mis abuelas hasta mi padre, todos cocinan de manera muy especial, pero la mayor influencia de mi amor por la cocina fue mi madre. Ojalá hubiese tenido antes los conocimientos que hoy tengo para poder compartir un poco más con ella en la cocina e intercambiar más datos, pero este no es el caso de muchas personas que conozco y al leer los artículos antes nombrados fue fácil notar que conozco personas con mayores habilidades para la cocina y personas que carecen totalmente de ellas.
Es lógico que algunas personas sean más diestras que otras para este tipo de lo que a mí me gusta llamar arte, que envuelve el acto de preparar alimentos y bebidas para sí mismo y/o para otros. De aquí viene mi análisis en el que me di cuenta que puedes tener mucha facilidad pero si nunca das el primer paso serás tan malo como el que no logra ni siquiera “hervir un agua sin que se le queme” (dicho venezolano). La dejadez solo resulta en atrofiamiento de un potencial.
La segunda cosa que he logrado notar es que la gente le tiene miedo a cocinar por varias razones: quedar mal delante los demás, perder dinero, ocasionar un incidente, etc. Pero lo que la gente no ve es que sin práctica será imposible aprender, hasta haciendo cursos y leyendo millones de artículos de cocina si no se ejercita dichos conocimientos no se llegará a ningún lado.
Y la tercera cosa es la incapacidad de seguir consejos, desde un tip familiar hasta el infinito internet dan un valor agregado al momento de enfrentarse con la cocina. En mi primer artículo que escribí para este blog di un gran consejo que ahora me doy cuenta puede ser inspiración para quienes nunca se han aventurado en el proceso de cocinar, le invito a experimentar. Personas como mi primo César González (@Co_cinero) dedican horas al día a escribir sugerencias de cocina en blogs y es hora de aprovechar este tipo de conocimientos que otros nos aportan para mejorar.
Mi mejor consejo en estos momentos, ya que he dado otros en mi anteriores publicaciones y seguiré dando ahora en las próximas oportunidades cada vez que pueda, es que cuando alguien esté cocinando vean con detalle y se suelten a preguntar todas las dudas que tengan, sin molestar ni interrumpir ni mucho menos criticar. De esta manera irán aprendiendo detalles que ningún libro ni receta en la TV o el internet les dirá.
Cada cocina, cada ingrediente y cada persona son un mundo totalmente distinto, exploren todas las combinaciones posibles antes de decir NO. Si no saben algo pregunten o investiguen, inventar hasta cierto límite es bueno, después de ahí trae consecuencias irreparables como una quemada, un platillo incomible, utensilios de cocina destruidos y hasta una cocina entera dañada. Yo comencé como ustedes, quemé cosas, preparé comidas insípidas y pare de contar, pero hoy me considero una persona que cocina bastante bien, que sabe seguir recetas e inclusive improvisar a hacer creaciones propias y/o modificaciones a recetas de toda la vida.
Me queda mucho por aprender, mi fuerte no son las presentaciones de los platillos, pero poco a poco voy intentando, aprendiendo de ver como otros lo hacen, intercambiando ideas y conocimientos. Leer y practicar son las mejores armas, protejan su ropa y su cocina, comiencen con recetas fáciles e ingredientes de poco costo y verán como en un tiempo se reirán de las tonterías que cocinaban antes a comparación con lo que hacen después de tanto esfuerzo que trae como retribución la adulación, que levanta el autoestima y motiva, de otros y el placer propio de comer o beber algo sabroso preparado por uno mismo.
Espero escuchar sus comentarios y me gustaría leer trucos o tips que quieran compartir conmigo y mis lectores.
Saludos y hasta la próxima.
Daniel Delgado
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