El pasado martes 22 de noviembre, asistimos al bautizo de la nueva edición del libro de Alberto Soria, Mi whisky, tu whisky, el whisky, en la Librería Alejandría II. El exquisito ambiente que siempre ha destacado a esta librería dio paso a las palabras de bienvenida a los presentes por parte de la Editorial Alfa. Ellos nos comentaron que la dinámica sería diferente en esta oportunidad: Alberto Soria nos hablaría del whisky, bebida escocesa que los venezolanos consideran su bebida nacional, a su estilo, sin mucho formalismo, en una conversación amena que guiaría la periodista Adriana Gibbs, con preguntas específicas para conocer el proceso que llevó a esta nueva edición y sus aportes. Aquí les esbozamos lo más destacado de esta charla con el sello de Soria.
A.G.:El primer libro salió en el 2007, en esta segunda edición le agregó algunos títulos, ¿Cuántos tragos han pasado?
A.S.: “Para mí este es un libro nuevo, no es una reedición, es un libro nuevo con algunos pasajes del anterior”
A.G.: Usted ha incorporado en el libro algunos aportes del venezolano en la ingesta del whisky como el Ratonometro, el removedor de dedo, etc. ¿Ha tomado whisky con agua de coco?
A.S.: “¡Solo nunca!”
Soria comenta que no hay forma correcta de beber el whisky, sino la que el consumidor quiere.
A.G.: ¿Esa fidelidad del venezolano al whisky se da en todo el mundo?
A.S.: “Si se da, pero más por comercio y publicidad que por la calidad del whisky”
Soria comenta que hay whiskies muy fuertes y que al paladar venezolano le gusta más el sabor dulzón. Él, al igual que cualquier otro consumidor, bebe lo que puede pagar, aunque le gustan más el whisky de malta. También comentó que el whisky es como el vino, debe beberse según la ocasión.
A.S.: “La primera razón por la que generalmente se toma es cuando se está arrecho... luego por seducción y euforia (...) Para mí la gente sin placer es peligrosa”
A.G.: ¿Cómo debería alguien iniciarse en el whisky?
A.S.: “Pues que comience probando lo que puede pagar y allí va creciendo”.
Soria es exigente en su gusto, pero le molesta que lo encajen en una marca
A.G.: Si no le gusta el trago ¿se lo toma, lo deja allí o se lo da a Claudio (Nazoa)?
A.S.: “Si no me gusta lo mareo, y salgo desesperado de allí”.
El problema principal que Soria identifica en el venezolano es que éste dice que el whisky es la bebida nacional, pero poco sabe sobre el whisky. Es por ello que los amantes del vino siempre ganan en una conversación, ya que hablan de cepas, tiempo en barrica, bodegas, etc.
Pocos saben que Francia es el primer consumidor de whisky en el mundo, así que dividir entre vinos y whisky es un error, por eso insiste en que se debe aprender de whisky.
A.G.: En el libro hay un capítulo llamado “La guerra por la edad declarada” ¿Por qué hay whiskies que ya no señalan los años?
A.S.: “Las edades no son tan importantes como los procesos de maduración (...) un whisky añejo no necesariamente bueno y un whisky joven no necesariamente es malo”
Soria explicó que este destilado, para llamarse whisky debe tener 3 años. Los whiskies que no señalan la edad, es porque en su mezcla tienen whiskies jóvenes y la Ley declara que si se le coloca el año (8,12, 18) es porque no tienen ningún porcentaje de otro whisky.
A.G.: Otro capítulo del libro de titula “Comer con whisky”, ¿usted cocina y qué come con el whisky?
A.S.: “Venezuela fue el primer sitio donde el consumo de whisky aumentó con la comida, ya que va con muy bien con todas aquellas cocinas que no tienen vino”.
Nos comentó que en Venezuela el whisky se institucionalizó en las parrilladas, y de hecho, este destilado va muy bien con las carnes a fuego vivo.
A.S.: “Nada más triste que estar solo a las 9:30 pm frente al tv con un atún en agua y lechuga”.
Soria cocina platos con whisky e invitó a los presentes a que la próxima vez que preparen unos langostinos los flambeen con whisky. ¡Otro cuento!
A.G.: En el mundo del whisky la presencia femenina se ha hecho más fuerte ¿Eso ha significado algún cambio en el whisky, como son vistas las mujeres en ese mundo?
A.S.: “Pues es que las mujeres olfatean mejor”
Para Soria es un beneficio que hay que aprovechar por el bien del whisky, indiferentemente del sexo; así que la lucha no le interesa, sí la mejor nariz. El mundo del whisky está cambiando y su tendencia es hacia productos que no tengan edad para sacar mejor provecho de diversos años.
La entrevista siguió entre anécdotas y reflexiones cubiertas con ese especial humor de Alberto Soria, los cuales se disfrutan ante su presencia. ¿Cómo terminó la presentación? Así:
“¿Terminamos? Bien, porque ya quiero beber”
MI WHYSKY, TU WHYSKY, EL WHYSKY
AUTOR: Alberto Soria
EDITORIAL: Editorial Alfadil
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