Si vamos a deleitarnos con una caldereta de cordero, no creemos que los más conveniente sea beber un Gewürztraminer alsaciano; de la misma manera que no bebemos un Oporto cuando estamos viendo el fútbol con los amigos y comiendo una pizza. Así, con un plato de gran sutileza de sabores sería lógico servir un vino no excesivamente contundente y viceversa. Entre los platos considerados como “pesados” o, mejor dicho, “con mucho peso”, podríamos encontrar los currys, guisos, estofados, los de caza, quesos fuertes, ahumados,…
Siempre hay un consejo que podemos seguir a la hora de aunar los pesos del vino y comida: el criterio geográfico. ¿Qué queremos decir con esto? Es sencillo, proponemos que si vamos a comer pasta, optemos por un tinto italiano (un Chianti, por ejemplo) y que frente a embutido francés nos decantemos por un Beaujolais. Una carne importante seguro que va perfectamente con un Malbec argentino, mientras que si lo que somos es un enamorado de las ensaladas griegas, una sabia elección sería un blanco de Santorini elaborado con la variedad Assyrtiko. Evidentemente esto es ir sobre seguro, pero no es más evidente que el vino de un determinado lugar siempre ha evolucionado conforme lo ha hecho la gastronomía del mismo para equilibrar perfectamente las sensaciones de ambos.
Las posibles combinaciones vino-gastronómicas son infinitas, sin embargo a continuación os proponemos algunas en las que probablemente no hayáis caído. y que merece la pena que probéis
- Riesling alemán – embutido
Parece una locura… Combinar el ligero dulzor de este vino alemán con algo tan salado como el embutido es algo arriesgado. Lo bueno es que sólo es arriesgado la primera vez, luego se convierte en un acierto seguro (no es tan diferente de un melón con jamón o de una piña con cerdo, ¿no creéis?).
- Vino dulce – foie
- Gewürztraminer – salmón ahumado
- Jerez – consomé
- Sauternes – roquefort
- Moscato d´Asti – desayuno
Como podéis ver los maridajes son casi infinitos y habrá muchos que nos hemos dejado en el tintero. Así, de repente se me vienen a la cabeza combinaciones de almendras con manzanilla de Sanlúcar, pescado a la brasa con vino verde, salchichas con zinfadel blanco, palomitas de maíz con sauternes,…
Fuente: winefocus.es
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