Siempre me pasa igual, cuando terminan las vacaciones, el verano y finaliza ese estrés loco de... desayuno-aperitivo-parrilla-cena con los amigos, día tras día. Acabo totalmente cansado de todo, y de las "parrilladas". Me apetece otra cosa, y no digo que no, a lo que se echa encima de las parrillas (de eso no se cansa uno) pero si a la manera de prepararlo.
Hoy vamos a cambiar un poco y pasamos de las costillas a la brasa, a unas deliciosas costillas en su jugo y patatas horneadas.
Ingredientes para 4 personas:
- 1500 g aprox. de costillar de cerdo
- 4 patatas
- Vino blanco
- Pimienta negra molida
- Ajos
- Perejil
- Sal y aceite de oliva
Una de las cosas, que hacen que una carne quede jugosa después de pasar por el horno, es que se haga la pieza entera, no trocear las costillas antes de hornear. Dejamos la pieza o las piezas, tal y como están. De esta manera, se asarán en su propio jugo.
Salpimentamos el costillar en la bandeja de horno. Rociamos con un poco de aceite de oliva y un buen chorro de vino blanco. Introducimos sólo el costillar en el horno caliente a unos 170º C para que vaya haciéndose despacito.
Mientras tanto, en un mortero, machacamos unos dientes de ajo y un poco de perejil. Añadimos un buen chorro de aceite y mezclamos bien.
Limpiamos las patatas (no pelamos) y las cortamos por la mitad.
Transcurridos 30 minutos, introducimos las patatas cortadas. Cubrimos tanto las costillas como las patatas, con el ajo, el perejil y el aceite. Incluimos un poco de agua y vino si lo necesitara.
Dejamos en el horno otros 30 minutos más. Así no se quemará el ajo ni el perejil.
Si observamos que no está todo dorado, dejamos un poco más de tiempo o ponemos el grill de nuestro horno.
Pasado el tiempo servimos salseando con el caldo sobrante.
Una manera fácil y distinta de comer las clásicas costillas.
Fuente: El Tiempo a Bocados
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