El enólogo José Hidalgo sostiene que el modelo del 'paraguas único' ha funcionado, pero que tras casi cien años es hora de hacer cambios
La 'fórmula Rioja' como modelo de éxito vitivinícola con carácter productivo y comercial ha llevado a sus vinos hasta lo más alto, convirtiéndose en un referente a nivel mundial, siendo imitada con mejor o peor fortuna por muchas otras zonas productoras para intentar garantizar una buena y rentable comercialización de sus productos.
Pero transcurridos ya casi cien años de vida, muchos pensamos que llega el momento de realizar algunos cambios que sirvan de relanzamiento de una fórmula ya casi agotada, consolidando la posición ocupada y de este modo situarnos definitivamente a la cabeza de las más afamadas zonas vitivinícolas del mundo, cobrando una nueva ventaja sobre las otras zonas productoras españolas que nos pisan los talones.
Dentro de las posibles actuaciones a realizar en este sentido, una de ellas y quizás la más importante se refiere a la zonificación de las viñas y vinos de Rioja, asunto muy debatido dentro y fuera del sector vitivinícola riojano, de la que hace unos años el Consejo Regulador realizó un intento, encargando un trabajo de caracterización vitícola a un equipo especialista encabezado por el prestigioso catedrático de viticultura Vicente Sotés, cuyo resultado está desde entonces encerrado en el fondo de un cajón., quizás porque políticamente en aquellos momentos no parecía acertado establecer una clasificación de viñedos y en consecuencia de vinos según categorías atendiendo a su origen o zona de cultivo.
Se prefirió situar todos los vinos de Rioja debajo de un 'único paraguas', sin mayor distinción que las tres grandes subzonas y también atendiendo a sus categorías como vinos jóvenes, crianza, reserva y gran reserva. No parece complicado establecer con objetividad una clasificación de los viñedos según sus aptitudes vitivinícolas, pero lo que sí resulta más difícil es comunicarle a un viticultor que una determinada viña de su propiedad no resulta apta para producir uva de primera calidad.
Sin embargo, una de las obligaciones que tiene encomendadas el Consejo Regulador es la calificación de los terrenos de cultivo, pues en su Reglamento esta cuestión viene recogida en el artículo 4 apartado 4 donde se dice que «la calificación de terrenos será realizada por el Consejo Regulador», haciendo mención al artículo 23 apartado 1.e de la Ley 24/2003 de la Viña y del Vino, donde se expresa que «dentro de su zona de producción, estén delimitadas cartográficamente, por cada término municipal, los terrenos que se consideren aptos para producir vinos con derecho a la denominación de origen calificada».
No basta con que se permita una nueva plantación o replantación de viñedo por el simple hecho de estar dentro de un municipio amparado por la DOC y que además se disponga del correspondiente derecho de plantación o replantación. Ya que, de forma obligatoria, también se debería tener en cuenta lo expuesto en el anterior párrafo, autorizando o denegando las solicitudes en función de una cartografía que el Consejo Regulador debería tener elaborada desde hace años. Muchas solicitudes de plantaciones se deberían haber rechazado por falta de aptitud vitivinícola, cuyas producciones están mermando en la actualidad la calidad y tipicidad de los vinos de Rioja.
Clasificación de viñedos
Pero todavía vamos más lejos, ya que no solo pensamos en establecer una simple cartografía de inclusión o exclusión de parcelas, como señala y obliga la legislación vigente, sino también en una cartografía de zonificación, donde se debería señalar de una manera clara y precisa, las aptitudes vitivinícolas para cada parcela de terreno y su clasificación según diferentes categorías cualitativas.
La implantación de esta zonificación se realizaría de forma gradual, para evitar tensiones y agravios entre los viticultores, pero actuando el Consejo Regulador 'de oficio', aceptando o rechazando las nuevas solicitudes de plantación o replantación de viñedo y, en el primero de los casos, comunicando al interesado la categoría del viñedo que pretende plantar para que de este modo, a medio o largo plazo, se pueda tener prácticamente zonificada la totalidad de la zona productora de Rioja. También se dejaría de forma voluntaria la clasificación de la totalidad de los viñedos inscritos para cada viticultor o titular que expresamente lo solicitase. La zonificación de los viñedos debería traer como consecuencia una mayor imagen y una realidad de seriedad, que a la larga mejorará la calidad y prestigio a nivel mundial de vinos de Rioja, alcanzándose también un mayor valor añadido, es decir, un mejor precio de uva para aquellos viticultores que con profesionalidad cultiven bien el viñedo de acuerdo con el nivel de calidad asignada a cada parcela de producción.
Se impone por lo tanto el rescate del trabajo de zonificación realizado hace años, actualizándolo de acuerdo con las nuevas tecnologías de caracterización vitícola, teniendo además en cuenta los posibles cambios sufridos en estos últimos años para obtener una cartografía fiable que sirva para clasificar con objetividad la totalidad de los viñedos de Rioja.
José Hidalgo: consultor en vitivinicultura y enología
Fuente: larioja.com
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