El Gourmet Urbano: Empanadas con recetas centenarias

viernes, 12 de septiembre de 2014

Empanadas con recetas centenarias

"Mi abuela ya cocía pan en el mil ochocientos y pico. Yo nací en la panadería y de niña ya iba a vender pan a Santiago o Abegondo", recuerda Maruja Mouriño, de la Panadería Pedro Fernández, que ahora regentan su hija y su yerno. Este horno, fundado en los años veinte del pasado siglo, figura entre los más antiguos de Carral que continúan en activo, junto a los de Manuel Rodríguez -presidente de los panaderos carraleses-, Bonome o Barcia, señala el Concello. Estas panaderías reunieron ayer su centenaria sabiduría panadera en el campo da feria de Carral para la celebración de la Festa da Empanada e do Folclore Galego.

 

fiesta empanada carral

 

Con diversas recetas y centradas en distintos ingredientes, las empanadas fueron ayer las protagonistas de la celebración, aunque en los puestos de la feria se podían encontrar también otros productos, desde larpeira hasta donuts.

Con recetas aprendidas de generación en generación, la empanada de Carral se ha consolidado como una de las más prestigiosas de Galicia e incluso de España. Los hornos, en cambio, ya no son los mismos, relata la propietaria de Panadería do Pincho, María José, quien asegura que apenas se conservan ya los antiguos hornos que se calentaban con leña. Y apunta, además, que aunque el oficio se ha extendido a ambos sexos, "la tradición era que las mujeres hacían el pan, porque los hombres eran casi todos tratantes de ganado". "Ellas iban a los molinos de agua y llevaban el pan a cocer a los hornos comunales que había en el centro de Carral, donde ahora hay edificios. La abuela de mi marido, Sandalia, iba a vender el pan a Culleredo en un caballo", cuenta la panadera.

Una de las casas en las que había horno era la de la abuela de Maruja Mouriño, recuerda la panadera, madre del alcalde, José Luis Fernández Mouriño. "Mi abuela tenía un negocio de comida y tenía un horno y vendía pan", recuerda Maruja Mouriño, y relata que las generaciones siguientes fueron tomando el relevo al frente del negocio familiar. "Ahora tengo 72 años y ya estoy retirada", señala.

La veterana panadera da fe de lo extendida que estaba en el municipio hace unas décadas la elaboración del pan. "En Carral todo el mundo cocía pan. Primero había un horno para todos y después cada uno hizo el suyo", asegura. Con un refrán explica Maruja Mouriño la tradición panadera del pueblo: "En Carral, panadeiros e larpeiros".

Sara Vázquez

Fuente: laopinioncoruna.es

 

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