Primer Premio Nacional de Gastronomía Saludable.
De los últimos meses a esta parte hay una palabra que ha ganado protagonismo cuando de sentarse a la mesa se trata: “saludable”. Siempre he tenido claro que cocina y salud van de la mano, pero la forma de entender la gastronomía cuando va seguida de este adjetivo nos ofrece, a día de hoy, un concepto nuevo que cada vez está teniendo mayor calado.
Dª Pilar Farjas, directora de AECOSAN, e Ismael Díaz Yubero, veterinario y bromatólogo, recibiendo de Premio de Gastronomía Saludable de manos del ministro José Manuel Soria.
No hace mucho que la Real Academia de Gastronomía, que me honro de presidir, con el patrocinio de ASISA, celebró los Premios Nacionales de Gastronomía, una cita en la que se galardona a los profesionales de la gastronomía por sus labores en diferentes categorías.
Como dije en mi discurso, mi gratitud a Su Majestad el Rey Don Juan Carlos es mayúscula, pues tuvo la sensibilidad de entender la importancia que tiene la gastronomía en el siglo XXI convirtiendo en Real, una Academia que creó sus Premios en el año 74.
Desde entonces, hemos asistido a una increíble evolución de la gastronomía española, que tuvo su mayor repunte a partir de la creación de un escenario de libertad donde la cocina se liberó de corsés para presentarnos a personajes de todos los sectores del mundo de la alimentación que cambiarían la manera de entender el universo gastronómico por completo.
Pero este año, la mayor novedad ha sido la creación del Premio Nacional de Gastronomía Saludable. Un galardón, del que me siento especialmente orgulloso porque reconoce la labor de personas e instituciones que promocionan una alimentación ligada a la salud.
El de la Personalidad Gastronómica recayó en el veterinario y bromatólogo Ismael Díaz Yubero, autor de varios libros y numerosos artículos sobre aditivos alimentarios, dieta mediterránea, seguridad alimentaria, trazabilidad, alimentación y salud. El de la Mejor Institución en AESAN, Agencia Española de Seguridad Alimentaria, que promueve la seguridad alimentaria y la salud de los consumidores a través de estrategias que fomenten la información, educación y promoción de la salud en el ámbito de la nutrición.
Comer saludable y disfrutar comiendo
En esta evolución gastronómica, una de las cosas que se ha empezado a utilizar es el prefijo “gastro”, que dota a la palabra que le sigue de cierto prestigio y hace el conjunto más agradable.
Ahora, estamos incorporando el “gastro” antes de la palabra salud, porque nos hemos dado cuenta que no entran en conflicto, sino todo lo contrario: un plato equilibrado puede ser realmente espléndido desde el punto de vista del sabor.
Y así lo he podido comprobar yo mismo en Las Dunas (Estepona, Málaga), un hotel gastrosaludable, que he tenido la oportunidad de conocer hace muy poco, donde se va a comer admirablemente bien y, por añadidura, a recuperar, estabilizar o conseguir el peso adecuado.
Los niños también tienen que vivir la experiencia gastrosaludable
Pero el asunto va más allá. El pasado mes de marzo el Parlamento Europeo aprobó el “Informe de Iniciativa sobre el Patrimonio Gastronómico Europeo: Aspectos Culturales y Educativos”, en cuyas principales líneas de actuación está llevar la educación gastronómica y de alimentación saludable a las escuelas europeas así como inculcar a los niños una sensibilidad hacia los alimentos a través de talleres del gusto.
Acciones que se ha visto reforzada por el importante Convenio de colaboración firmado a finales de julio y que implica a varios Ministerios y a la Real Academia de Gastronomía en la defensa de la alimentación saludable.
Todo ello, ya es una realidad que va a cambiar por completo la visión de la gastronomía y la ambición de conseguir que cada vez más gente pueda comer saludablemente y que todos, no solo algunos privilegiados, puedan ver en el acto de comer una razón para disfrutar.
Rafael Anson
Fuente: elimparcial.es
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