“¡Pues no sé que me ha pasado, si yo no he bebido tanto! Habré mezclado demasiado o me habrá sentado mal…” ¿A cuántos de vosotros os suenan afirmaciones como esta? Pues puede que ninguna de esas sea la causa de la embriaguez de quien pronuncia estas frases, puede que simplemente se haya equivocado de vaso en el que beber.
Según una nueva investigación de la Universidad de Bristol, publicado en PLoS ONE, la velocidad a la que bebemos alcohol puede estar influenciada por la forma del vaso del que bebemos. Esto podría ser un objetivo para ayudar a controlar los niveles problemáticos de embriaguez que se están volviendo cada vez más común en nuestra sociedad.
Para el estudio, la Dra. Angela Atwood y sus colegas de la Escuela de Bristol de Psicología Experimental pidieron a 160 bebedores sociales (esto es que sólo beben en circunstancias sociales, es decir, fiestas y demás) de edades entre 18-40 años, sin antecedentes de alcoholismo que asistieran a dos sesiones experimentales. En una sesión se les ofreció de beber o bien cerveza o bien un refresco sin alcohol, ya sea en un vaso de lados rectos o en una “flauta de cerveza» (una clase de vaso de lados curvos típicamente usada para beber cerveza).
Los participantes eran casi dos veces más lentos cuando bebían alcohol en el vaso de lados rectos con respecto al vaso curvado. Sin embargo, no hubo diferencia alguna en las tasas de consumo de los vasos cuando la bebida era no alcohólica.
Los investigadores sugieren que una explicación para esto podría ser debido a que es más difícil juzgar con precisión el punto medio en vasos con formas curvadas. Como resultado de ello, los bebedores son menos capaces de medir cuánto han consumido.
Para probar esto, los participantes asistieron a otra sesión en la que tuvieron que completar una tarea de ordenador en la que se les presentaban numerosas fotos de dos vasos que contenían diferentes volúmenes de líquido. Al pedir a los participantes que evaluaran si el vaso estaba más o menos lleno de la mitad, los investigadores fueron capaces de mostrar que hubo un mayor error al juzgar con exactitud el punto medio del vaso curvado.
Es importante destacar que el grado de este error parece estar asociado con la velocidad a la que se bebe. Es decir, los participantes que tendían a mostrar el error más grande en sus evaluaciones del punto medio, tendieron a mostrar los mayores cambios en la velocidad de consumo.
La velocidad a la que una bebida alcohólica se bebe influirá en el nivel de intoxicación experimentado, y también el número de bebidas consumidas en una sesión de bebida única. Por lo tanto, disminuyendo las tasas de consumo de alcohol puede tener efectos positivos para el individuo y también a nivel de población.
“La gente suele hablar de” controlarse a sí mismos “cuando beben alcohol como un medio para controlar los niveles de embriaguez, y creo que el punto importante a tomar de nuestra investigación es que la habilidad de controlarlo de manera efectiva puede verse comprometida cuando se bebe de ciertos tipos de vasos. “
Debora Sanchez
Fuente: Science Daily
Vía: medciencia.com
No hay comentarios. :
Publicar un comentario