Si eres de los que “no son persona” antes de beberse el primer café de la mañana, seguramente te interesará conocer un estudio elaborado por Toll Free Forwarding en el que analiza cómo nos afecta la ingesta de café a lo largo del día y si realmente nos puede ayudar a ser más productivos y mantener la mente despejada en las horas más bajas de nuestra jornada laboral.
Cortisol, la cafeína más natural
Como tantas sustancias químicas, nuestro organismo produce de forma natural cortisol lo que vendría a ser el equivalente a la cafeína, por los efectos que provoca en nuestro organismo.
Es importante señalar que no producimos cortisol de forma constante, sino que se produce en tres momentos muy concretos del día: a primera hora de la mañana (7.00), a medio día (12.00) y por la tarde-noche (18.00).
Ingerir café en el momento en que estamos en estos niveles más altos de producción de cortisol, afirman los expertos es más que nada contraproducente, ya que nuestro cuerpo desarrolla más tolerancia a la cafeína y disminuye el efecto estimulante que produce sobre nuestro organismo.
¿Qué horas son entonces las mejores para tomar café? Básicamente en las horas valle, donde la producción de cortisol es mínima. Dependiendo de nuestra rutina diaria, las mejor hora debería estar comprendida entre las 9.30 y 11.00 de la mañana y entre las 13.30 y las 17.00
El café no aumenta nuestra creatividad
Aunque el café sin duda es un potente estimulante natural, es completamente falso que un “chute” de café nos ayude a ser más creativos o nos despeje la mente para afrontar tareas complicadas.
Parece demostrado en cambio el estado de energía y “entusiasmo” que produce el café, sí que puede favorecer el desarrollo de tareas repetitivas y en las que cuenta más la cantidad que la calidad.
Es decir, si lo que tenemos por delante es responder 90 correos electrónicos, tomar una taza de café nos puede ayudar. Si en cambio lo que necesitamos es concentrarnos para escribir, resulta mejor idea recurrir a otras técnicas que nos pueden ayudar, como por ejemplo escuchar música. Si te interesa saber por qué, no te pierdas nuestro artículo“Descubre por qué escuchar música te ayuda a trabajar mejor”.
¿No te hace efecto? El “mono” de café
El efecto del café sobre el organismo cambia de persona a persona y está influenciado por factores internos y externos. Por norma general, la cafeína tarda entre 15 y 45 minutos para alcanzar su nivel de “actividad máxima” en nuestro organismo y sus efectos pueden notarse durante 5 o 6 horas.
Sin embargo como hemos comentado al principio del artículo, nuestro organismo puede desarrollar tolerancia al consumo de cafeína si tomamos varios cafés al día. Una persona que apenas toma café notará mucho más los efectos que otra persona que lo toma con regularidad y los efectos serán aún menores si esa persona es además fumadora.
En el lado menos positivo de la ingesta de café, descubrimos que como ocurre con algunas drogas, el tomar mucho café puede crear una suerte de adicción que produce resultados físicos adversos cuando dejamos de tomarlo. En este sentido, una persona que lo primero que hace por las mañanas es tomar una taza de café, puede sufrir de jaquecas y malestar general si una mañana concreta no ha tenido la oportunidad de hacerlo.
Por supuesto también podemos “quitarnos” del café y no sufrir las consecuencias. Para ello lo mejor es mantenernos hidratados bebiendo mucha agua y sustituir el café por té de Ginseng, que tiene como propiedades darnos un extra de energía y aliviar el dolor de cabeza.
No bebas más, bebe mejor
A la hora de beber café, hay algunos trucos que podemos tomar en cuenta si lo que queremos es prolongar sus efectos sin sufrir las consecuencias.
- Si en nuestro desayuno introducimos una fruta como el pomelo, conseguiremos retrasar la absorción de cafeína, de modo que sus efectos se prolonguen en el tiempo.
- Ni todos los granos de café son iguales, ni tienen la misma calidad, ni cantidad de cafeína. Un café de mayor calidad, aunque resulte más caro, lo vamos a notar. Por otro lado el cómo se prepara el café, influye decididamente en la concentración de cafeína. El café espresso por ejemplo tiene una concentración mayor que un americano.
- Y como siempre, la calidad siempre es mejor que la cantidad. Si sueles ir a locales como Starbucks, siempre tendrás un mejor resultado con el tamaño pequeño (y tu bolsillo lo notará)
Imágenes: Shutterstock
Fuente: muypymes.com
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