Llega a Málaga el latte art, la moda de dibujar figuras con crema y espuma de leche. Un toque sofisticado solo al alcance de algunos habilidosos, que sirve además para identificar un buen café del resto
Apenas tarda medio minuto en dibujar una espiga o un corazón sobre la taza de café. El tiempo justo para grabar un vídeo de Instagram y dar 'envidia' a tus seguidores. Hay que andarse rápido. El secreto para impresionar a los clientes con una exhibición de latte art (hacer figuras con la espuma de la leche) parece sencillo: "mucha práctica y buen toque de muñeca", pero lo cierto es que detrás de una bonita taza de café se esconden otras habilidades y técnicas solo al alcance de expertos baristas.
Este es el caso de Nicola Simeone, el promotor de ReyNegro Caffé que ha puesto de moda la esencia del café italiano en el Centro de Málaga. "Para nosotros esta forma de tomar café no es una moda como dicen aquí, sino una cultura. Cuando empecé a hacer el cortado -café con un poquito de espuma en la leche- la gente lo veía como algo raro porque aquí no existía esa tradición, incluso no les gustaba. Y en esa peculiaridad vimos una oportunidad de negocio, ofreciendo un producto distinto a la nube, el mitad o el sombra que ofrecen todas las cafeterías", dice Simeone, que acaba de abrir su segunda cafetería en la calle Strachan, antes de la franquicia Caffé Pascucci Shop.
El experto cuenta como esta disciplina viene ganando terreno en bares de todo el mundo al aportar un toque de sofisticación, y al mismo tiempo sirve como prueba de que el café es de alta calidad. "El primer paso para trabajar el latte art es hacer un espresso perfecto con crema, después una textura de leche cremosa y, por último, vertirla de forma que permita dibujar con buen pulso. Se pinta moviendo la jarra con mucha habilidad y vale ayudarse, salvo concursos, con un palillo para trazar figuras", explica Simeone.
El hostelero habla de las cinco 'M' para un resultado óptimo: mano, máquina, minerales del agua, mantenimiento de la máquina y molinillo. "Hay que saber con qué estás trabajando para hacer un buen café. Ahí nace la figura del barista que tanto se oye actualmente. De hecho, muchas marcas de café se han dado cuenta de esa carencia y ahora están especializando a sus clientes en el tratamiento del café, logrando así que el producto llegue a la taza con la mejor calidad posible", sostiene.
Buscando esa excelencia 'rescató' de Italia a su amigo Thomas Toro, el otro barista de Reynegro Caffé. Un virtuoso del latte art al que avalan diez años detrás de la barra. "He viajado por todo el mundo, pero Málaga me encandilo como lugar para vivir y trabajar. Creo que en el café siempre hay que innovar, es un sector prometedor con todo por hacer, por eso nuestra intención es que incluso las personas a las que a priori no les gusta el café puedan disfrutarlo", comenta Toro. Para él dibujar figuras sobre el café no tiene trucos, "es cuestión de paciencia y constancia". La habilidad de estos cafeteros les ha llevado a hacerse un hueco en las redes sociales de muchos malagueños, que no dudan en compartir el café que se van a tomar tras asistir al ritual creativo. Café espectáculo, que le llaman algunos.
Arriba, Nicola Simeone y Thomas Toro, que regentan el establecimiento italiano. Abajo, algunas de las especialidades que se atreven a preparar. / N. R. N.
Fuente: Diario Sur
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