El proyecto agro-gastronómico Obradoiro Artesanal Millo Verde SlowFood, situado en las Rías Baixas gallegas, comienza a comercializar sus empanadas y otros originales productos gourmet, por internet y para todo el mundo.
Se trata de un proyecto feminino, afín al movimiento SlowFood, contrario a los transgénicos y que apuesta por el rural.
Según un estudio de la Misión Biológica de Galicia, el “millo corvo” tiene un valor nutricional particularmente relevante debido a que supera a las otras variedades en antioxidantes.
El proyecto nació a partir del ya cerrado y prestigioso restaurante Millo Verde (operativo de 1999 a 2011), cuyas afamadas empanadas acudían a degustar personajes de la primera línea pública, como el por entonces presidente de la Xunta de Galicia, Emilio Pérez Touriño. “Llamaban muchas clientas para preguntarnos por las empanadas. «¡Es que no se encuentra algo así en ningún otro sitio!»”, nos recuerda Carmen Álvarez que exclamaba una exclienta catalana en una conversación telefónica, al saber del cierre del establecimiento, que la propia Carmen regentaba.
Respeto del medio y recuperación del millo corvo
Reducir al mínimo el impacto ambiental negativo de sus actividades está entre las prioridades de Obradoiro Millo Verde SlowFood, algo que no sólo tiene que ver con la protección de los recursos para futuras generaciones, sino también para el bienestar de las actuales.
En este sentido, el proyecto garantiza la no utilización de productos transgénicos en el proceso ni en los alimentos comercializados; y también el no recurso a aditivos artificiales. Pero quizá sea su apuesta por la utilización del millo corvo (pego o meiro), el elemento más original de este compromiso con el medioambiente.
Según un estudio hecho púbico en 2013 por la Misión Biológica de Galicia, del Consejo Superior de Investigaciones Científicas, se trata de una variedad de valor nutricional particularmente relevante debido a que supera a las demás en antioxidantes.
Apuesta por el rural, en femenino
Obradoiro Millo Verde SlowFood apostó desde el primer momento por mantener sus instalaciones en el lugar de Torroña, en una zona montañosa al sur de la provincia de Pontevedra, en un esfuerzo adoptado de modo consciente por sus tres impulsoras, a fin de poner su grano de arena contra el despoblamiento del rural gallego. “Con este proyecto también queremos contribuir a poner en valor el ámbito rural y la vida en el rural, recurriendo a la tradición, pero con criterios contemporáneos”, asevera Eva Cañizares.
El proyecto tiene una génesis eminentemente femenina, con sus tres impulsoras iniciales, pero también es a las mujeres rurales, en primer término, a las que apela para momentos en que es necesaria colaboración y serán ellas las que tengan prioridad si en el futuro son necesarias nuevas contrataciones.
SlowFood y Km 0
La empresa social pontevedresa comparte los principios enunciados en el manifiesto del movimiento SlowFood, que en lo esencial propone una reacción contra el frenesí de las sociedades actuales. SlowFood avoga por integrar una lentitud consciente y atenta en todos los procesos relacionados con la alimentación, desde la producción hasta la degustación, pasando por la elaboración de los platos.
“El homo sapiens debe recuperar su sabiduría y liberarse de la velocidad, que lo puede reducir a una especie en vías de extinción”, afirma entre otras cosas el manifiesto SlowFood, que también promueve el concepto de “Km 0”, con el que se pretende poner el acento en la utilización de productos gastronómicos y materias primas locales, por razones ambientales, culturales y económicas.
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