La uva Graciano, de bajo contenido alcohólico, se puede combinar bien con pescados no excesivamente grasos...
Esta variedad tiene mayor presencia en la D.O. Rioja y en todo el valle del río Ebro. Se usa habitualmente como 'ensamblaje' para aportar sus cualidades a otras variedades como la mazuelo o tempranillo. Una uva especialmente dotada para suelos arcillosos y el nivel pluviométrico de la zona. De brote y maduración del fruto tardía, evita las heladas primaverales allá por el mes de abril. Los productores la tienen especial cariño por su resistencia a enfermedades producidas por hongos o parásitos. La graciano necesita una recolección tardía para evitar uvas más verdes de lo que deseamos inicialmente para su vinificación; por eso solemos encontrar vinos con una buena acidez y sin contenidos alcohólicos altos, lo que hace difícil encontrar vinos monovarietales.
Bodega Restaurante Eneri. Foto: Capriles
La uva graciano posee aromas a frutas rojas o frutos del bosque, a ciruelas negras, torrefactados, regaliz y flores.
¿Y con qué platos podemos maridar un vino tinto de graciano?
Caza: sobre todo aves como el faisán o la perdiz, estofadas con hierbas campestres y acompañadas con salsas de zanahoria y cebolla dulce, donde el vino permite hacer gala de los amargos verdes de los que presume.
Pescado: su poca carga alcohólica no desaconseja combinarlo con los pescados especialmente grasos, pero una merluza plancha o una dorada a la espalda pueden hacer las delicias de los más exigentes.
Carnes: para las carnes de cerdo ibérico frescas como una presa o incluso una pluma ibérica puede defenderse muy bien.
Además: con platos de setas de primavera no muy potentes como las xixa en el norte, boletus de pino, perrichico… en cualquiera de sus formas de preparación puede ir muy bien.
Fuente: El Confidencial
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