La pastelería artesana Mejías de Zarandona muestra en Gastrovin un sinfín de sabores y productos murcianos
El sabor de siempre está en los productos autóctonos. Sabedores de esto, los pasteleros artesanos de Confitería Mejías, situada en la pedanía murciana de Zarandona, apuestan firmemente por elaborar creaciones típicas de la zona con las mejores materias primas del mercado.
«Harina de gran calidad, buenos huevos y azúcar de primera», son las claves del éxito según el fundador, Antonio Hernández.
Aun así, no se conforman únicamente con sacar del horno pasteles de carne y de seso, bizcochos o empanadillas de atún, tomate y huevo. En Mejías van más allá de los sabores característicos de Murcia e innovan en cada creación. Con esto logran que el dulce y salado más moderno y actual también esté entre sus vitrinas para fortuna de todos sus clientes.
El obrador artesano tiene otros dos establecimientos más. Uno de ellos es un espacio gastronómico llamado Dulce Milenio, el cual está situado en el centro comercial Nueva Condomina y, el otro, una confitería que abre al público durante la campaña estival en el Pueblo Latino de Torre de la Horadada.
La innovación y el estar al día de las últimas técnicas pasteleras es una de las premisas fundamentales de Mejías.
Como muestra de ese afán por mejorar cada día cabe destacar los pasos que siguen en el obrador siendo fieles a las últimas técnicas de prestigios maestros como el chocolatero alicantino Paco Torreblanca, punta de lanza a nivel internacional de la gastronomía española. Es por eso que en Zarandona se puede encontrar junto a una típica tortada murciana los últimos cupcakes y multitudes de formas y colores inimaginables hechas a partir del dulce fondant.
Asimismo, Hernández comenta que «hace ya una década que participamos en eventos como este porque nos gusta estar en contacto con la gente y que vean cómo está la pastelería murciana». Esta semana hizo una demostración de una receta de tortada murciana y, según él, «le encantó al público porque vieron de cerca las claves de un buen dulce».
Mejías no deja que nadie se vaya con el estómago vacío de Gastrovin
«Harina de gran calidad, buenos huevos y azúcar de primera», son las claves del éxito según el fundador, Antonio Hernández.
Aun así, no se conforman únicamente con sacar del horno pasteles de carne y de seso, bizcochos o empanadillas de atún, tomate y huevo. En Mejías van más allá de los sabores característicos de Murcia e innovan en cada creación. Con esto logran que el dulce y salado más moderno y actual también esté entre sus vitrinas para fortuna de todos sus clientes.
El obrador artesano tiene otros dos establecimientos más. Uno de ellos es un espacio gastronómico llamado Dulce Milenio, el cual está situado en el centro comercial Nueva Condomina y, el otro, una confitería que abre al público durante la campaña estival en el Pueblo Latino de Torre de la Horadada.
La innovación y el estar al día de las últimas técnicas pasteleras es una de las premisas fundamentales de Mejías.
Como muestra de ese afán por mejorar cada día cabe destacar los pasos que siguen en el obrador siendo fieles a las últimas técnicas de prestigios maestros como el chocolatero alicantino Paco Torreblanca, punta de lanza a nivel internacional de la gastronomía española. Es por eso que en Zarandona se puede encontrar junto a una típica tortada murciana los últimos cupcakes y multitudes de formas y colores inimaginables hechas a partir del dulce fondant.
Triunfadores en la feria
«Estamos muy contentos por participar en ferias culinarias como la Gastrovin del Malecón y la gente nos lo agradece mucho», señala el padre de esta empresa familiar que cuenta con tres décadas de antigüedad. «Cada noche llevamos 1.500 piezas a la feria y siempre las vendemos todas, incluso nos faltan horas», destaca el experto artesano.Asimismo, Hernández comenta que «hace ya una década que participamos en eventos como este porque nos gusta estar en contacto con la gente y que vean cómo está la pastelería murciana». Esta semana hizo una demostración de una receta de tortada murciana y, según él, «le encantó al público porque vieron de cerca las claves de un buen dulce».
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