Badajoz es un tierra rica en productos, la mayoría protegidos bajo denominaciones de origen. En esta ocasión mostramos cómo armonizar un plato de migas y un plato de queso de La Serena
Hoy nos vamos de viaje a una tierra de migas, jamón y queso: Badajoz.
Esta provincia posee más de un millón de hectáreas de dehesa, repletas de alcornoques y encinas, campos donde conviven en absoluta armonía flora y fauna: águilas, jabalíes, ciervos, vacunos retintos, cabras merinas y el gran protagonista de la dehesa, el cerdo ibérico. De este animal se obtienen jamones con nombre y apellidos de la D.O Dehesa de Extremadura. Hay mucho más tras el magnífico jamón ibérico: toda una gran variedad de productos derivados de la matanza del cerdo, que dicho sea de paso es un acontecimiento esperado y celebrado por la gran mayoría de los extremeños.
Esta provincia posee más de un millón de hectáreas de dehesa, repletas de alcornoques y encinas, campos donde conviven en absoluta armonía flora y fauna: águilas, jabalíes, ciervos, vacunos retintos, cabras merinas y el gran protagonista de la dehesa, el cerdo ibérico. De este animal se obtienen jamones con nombre y apellidos de la D.O Dehesa de Extremadura. Hay mucho más tras el magnífico jamón ibérico: toda una gran variedad de productos derivados de la matanza del cerdo, que dicho sea de paso es un acontecimiento esperado y celebrado por la gran mayoría de los extremeños.
Migas. Atrio.
Además de los ibéricos, hay otro producto que no podemos dejar de mencionar: el queso, y en concreto el queso de la Serena, con denominación de origen protegida. Se elabora de forma totalmente artesanal con leche cruda de oveja merina y con cuajo vegetal, y su resultado es una pasta cremosa y con un ligero toque amargo. ¡No dejen de probarlo! Como curiosidad y para que no les confundan, les contaré que los quesos auténticos de la Serena llevan un sello alimentario marcado a fuego.
Las migas pacenses son otro identificador de la gastronomía de la zona. Tienen su origen en los desayunos que hacían los pastores, por el gran aporte calórico de este plato, necesario por otra parte para aguantar un día de faena en el campo. Se elaboran con una hogaza de pan que se fríe en aceite de oliva junto con ajo, torreznos, panceta, chorizo, pimientos fritos y huevo.
La gastronomía extremeña es rica y variada, y por ello no queremos dejar, al menos, de mencionar y destacar el aceite de oliva de la D.O.P. Monterrubio, el cojodongo (parecido al gazpacho), el zorongollo (ensalada de pimientos y tomates asados), las perrunillas, el turrón de Castuera y los calderos.
¿Con qué vinos podemos maridar las migas y el queso de la Serena?
Para el queso de la Serena hemos elegido un cava, porque, aunque no todo el mundo lo sepa, en Extremadura y sobre todo en la zona de Almendralejo se elabora un cava amparado bajo la D.O. Cava. Hemos seleccionado el cava Vía de la Plata Chardonnay Brut Nature, de aroma limpio a flores y frutas de hueso, ideal para acompañar y compensar el carácter graso del queso. Se trata de un cava galardonado en el Concurso Mundial de Bruselas con la medalla de plata.
Y con un plato tan contundente como son las migas, no podíamos escoger otro vino que los de la D.O. Ribera del Guadiana, cuyo Consejo Regulador no solo vela por su calidad, sino que promueve de forma muy activa la difusión y la investigación. Tan excepcional como las migas es el vino Los Balancines Huno, de Pago los Balancines, un 'coupage' de garnacha tintorera, tempranillo, cabernet sauvignon y syrah. Un vino intenso y potente, pero a la vez goloso, con aromas a cacao, mermelada de mora y las notas minerales que expresan el terruño del vino. Huno es un vino que pueden tomarlo con algún guiso de caza o un caldero de Badajoz.
Fuente: Vanitatis - El Confidencial
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