Los retos de 2016 para los panaderos
Los panaderos deben diversificar y renovar sus productos para aumentar sus ventas y ofrecer nuevos servicios. La diversificación de la oferta puede venir dada por la restauración, ofreciendo productos para la merienda, el almuerzo, el brunch, la hora del café, etc. Los consumidores quieren productos rápidos, tanto para llevar como para comer in situ en cualquier momento del día.
La renovación de la gama de pan es otra oportunidad que el 2016 brinda. Una oferta Premium, productos sin gluten, tamaños y formas diversas, series limitadas, productos dulces, raciones individuales… Existen múltiples posibilidades capaces de ampliar el mercado y su público. Esto, junto a nuevos servicios que sirvan para atraer al cliente (pedidos en línea, entregas a domicilio, etc.), deben sumarse a las capacidades profesionales en la venta: el equipo comercial debe estar formado, la disposición en tienda debe ser atractiva y es necesario utilizar herramientas de marketing digital o merchandising que permitan un consumo urbano cómodo.
En definitiva, los retos del mañana pasan por abrirse a nuevos productos, más pequeños y sabrosos, probar, proponer, innovar, dialogar y hacer participar a los clientes para conocer mejor sus gustos. ¿Cómo hacerlo? Mediante equipos polivalentes y de volúmenes reducidos que permitan calentar y congelar en cualquier momento.
El presente y el futuro de los pasteleros
La pastelería se ha convertido en una experiencia placentera por la que los consumidores están predispuestos a recibir sorpresas, pero siempre de forma sensata. Esto significa que el placer va más ligado a la nutrición que nunca, por lo que las recetas retocadas para clientes golosos a la par que concienciados con su salud están a la orden del día: más fruta, menos azúcar y grasas, sin alérgenos ni conservantes, naturales, ecológicos, con menos cantidad de sal y aromas artificiales…
La reinterpretación de recetas clásicas es otro formato de gran interés. La mezcla de lo antiguo y moderno es una fórmula muy apreciada por el consumidor actual, que busca sentirse urbanita sin perder el toque clásico. El objetivo es contar una historia para magnificar el producto y el trabajo artesano a través de disposiciones inesperadas y sorprendentes inspiradas en el universo del lujo y la joyería.
La pastelería 3.0 se basa en locales comerciales conectados, muy presentes en las redes sociales. Se trata de facilitar el pedido, suscitar y responder al deseo alimenticio del momento. Analizar las expectativas del consumidor, dirigir los mensajes y fidelizar a la clientela son instrumentos que pueden realizarse a través de bases de datos para obtener grandes resultados a medio y largo plazo.
Ingredientes como la fruta, los frutos secos o la confitería son muy demandados por un consumidor concienciado con su salud.
Y en la industria, ¿qué buscamos?
2016 es el año de la seguridad alimentaria. Los profesionales del sector quieren ofrecer productos con garantía de calidad, por lo que buscan lo mismo en su maquinaria. Los panaderos y pasteleros demandan sistemas de control y seguimiento eficaces que presenten cierta flexibilidad y diversidad para adaptarse al mercado; equipos polivalentes que permitan diversificar la producción; máquinas ergonómicas para lograr un dominio mejor del proceso de fabricación; y nuevos ingredientes y recetas que se adapten a las expectativas de los consumidores, así como a las restricciones de la sanidad pública.
Ante esta situación, los fabricantes deben apostar por el desarrollo de tecnologías que faciliten el trabajo y por equipos duraderos, con un consumo energético menor y respetuoso con los recursos medioambientales. Estas tecnologías pasan por hornos de cocción mixta con funciones automáticas, equipos para el mantenimiento en caliente y frío, mostradores digitales, cajas de seguridad simplificadas, envases individuales y embalajes encajables, equipos precisos de corte rápido o instalaciones más higiénicas, entre otros.
Nina Jareño
Fuente: interempresas.net
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