La empresa valenciana refresca su imagen en su séptimo aniversario
En 2009 dos jóvenes de Patraix, amigos de la infancia, decidieron lanzarse al mundo de la cerveza artesanal. “Empezamos haciendo cerveza a muy pequeña escala, de una forma muy romántica, porque nuestro objetivo final era no tener jefe, disfrutar, y hacer lo que nos gustaba”, explica Gonzalo Abia.
Junto a su amigo Daniel Vara fundaron Tyris, una de las primeras cervezas artesanales de Valencia. “Queríamos vincular nuestro producto a la ciudad, porque la cerveza es algo muy social”, señala.
“Nos dimos cuenta de que no bastaba con hacer buena cerveza, sino que teníamos que explicar a la gente por qué era diferente; nos preocupamos de hacer catas, maridajes, de enseñar nuestra fábrica y el proceso de elaboración”, asegura.
La cultura de la cerveza ha cambiado desde entonces. No ha sido culpa exclusiva de ellos. Más bien parece que el público lo estaba esperando, y el sector ha ido creciendo a su alrededor.
“De 2009 hasta ahora ha llovido mucho, ha cambiado el panorama; nosotros ofrecíamos un producto que no tenía mercado todavía; ahora se ha consolidado, somos ya 22 cerveceros artesanales en la Comunidad Valenciana”, indica Gonzalo, que es también presidente del gremio regional de cerveceros artesanales.
“Que no estemos solos, que haya un montón de locos haciendo cerveza, nos ha ayudado mucho; ahora es más divertido, no hay sólo el monoproducto al que estábamos acostumbrados”, afirma. “Creo que ha habido un cambio sustancial en la percepción de la gente; a las cervezas industriales les ha costado entender que ha habido un cambio de enfoque”, añade.
Tras los primeros años, duros, de arranque de Tyris, los tres últimos han sido “muy buenos”, según uno de sus creadores. “Medio en broma, medio en serio, y ahora estamos exportando contenedores a China y vendiendo en diez países fuera de España; no nos lo esperábamos”.
Siete años después de su fundación, la compañía valenciana ha refrescado su imagen. “Hemos ido sacando nuevas recetas, te llaman de mercados tan potentes como Inglaterra o China, y el producto requiere de un cuidado y de una imagen asociada a donde vas a venderlo; hemos ampliado de nuevo la fábrica, y hemos aprovechado para dar un impulso a la imagen y el producto”.
El futuro parece prometedor. Gonzalo, muy cervecero, tiene claro qué quiere que le depare el destino. “Espero seguir haciendo cervezas lo más divertidas posibles, conseguir que la gente siga bebiendo lo que cocinamos y que lo disfruten”.
RAFA MUÑOZ
Junto a su amigo Daniel Vara fundaron Tyris, una de las primeras cervezas artesanales de Valencia. “Queríamos vincular nuestro producto a la ciudad, porque la cerveza es algo muy social”, señala.
“Nos dimos cuenta de que no bastaba con hacer buena cerveza, sino que teníamos que explicar a la gente por qué era diferente; nos preocupamos de hacer catas, maridajes, de enseñar nuestra fábrica y el proceso de elaboración”, asegura.
La cultura de la cerveza ha cambiado desde entonces. No ha sido culpa exclusiva de ellos. Más bien parece que el público lo estaba esperando, y el sector ha ido creciendo a su alrededor.
“De 2009 hasta ahora ha llovido mucho, ha cambiado el panorama; nosotros ofrecíamos un producto que no tenía mercado todavía; ahora se ha consolidado, somos ya 22 cerveceros artesanales en la Comunidad Valenciana”, indica Gonzalo, que es también presidente del gremio regional de cerveceros artesanales.
“Que no estemos solos, que haya un montón de locos haciendo cerveza, nos ha ayudado mucho; ahora es más divertido, no hay sólo el monoproducto al que estábamos acostumbrados”, afirma. “Creo que ha habido un cambio sustancial en la percepción de la gente; a las cervezas industriales les ha costado entender que ha habido un cambio de enfoque”, añade.
Tras los primeros años, duros, de arranque de Tyris, los tres últimos han sido “muy buenos”, según uno de sus creadores. “Medio en broma, medio en serio, y ahora estamos exportando contenedores a China y vendiendo en diez países fuera de España; no nos lo esperábamos”.
Siete años después de su fundación, la compañía valenciana ha refrescado su imagen. “Hemos ido sacando nuevas recetas, te llaman de mercados tan potentes como Inglaterra o China, y el producto requiere de un cuidado y de una imagen asociada a donde vas a venderlo; hemos ampliado de nuevo la fábrica, y hemos aprovechado para dar un impulso a la imagen y el producto”.
El futuro parece prometedor. Gonzalo, muy cervecero, tiene claro qué quiere que le depare el destino. “Espero seguir haciendo cervezas lo más divertidas posibles, conseguir que la gente siga bebiendo lo que cocinamos y que lo disfruten”.
RAFA MUÑOZ
Fuente: Las Provincias
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