Hasta el más torpe sería capaz de hacer esta mezcla de vino y cola traída del País Vasco. En Estados Unidos han decidido reinventarla y darle postín
La popular bebida de vino y refresco de cola va asociada para muchos a una etapa de la juventud en parte no muy agradable. El particular sabor dulce y alcohólico de esta combinación despierta en el recuerdo ciertas noches frías en que no se tenía suficiente dinero para entrar en las discotecas, y los encuentros con los amigos se desarrollaban en los lugares más recónditos de los parques.
¿Hace falta algo más que estos ingredientes? (iStock)
Debido a su condición marginal, propio de reuniones en parte clandestinas, es difícil encontrar en el kalimotxo algo de exótico, pero lo cierto es que su estatus fue en un principio muy distinto al que hoy conocemos. Se atribuye la creación del término al grupo vasco Antzarrak en las fiestas de San Nicolás de 1972 en el Puerto Viejo de Algorta. Los miembros de esta cuadrilla reconocen que no inventaron la mezcla, aunque su condición era muy minoritaria “solo de señoritos de Bilbao y particularmente ‘de agentes de cambio y bolsa’. De hecho, la bebida se conocía por aquel entonces con el nombre de 'Rioja libre”.
"Es igual que los cubatas. Cuando flota el hielo: ya está. Una vez que ha flotado el hielo, paro de tirar el vino, y luego Coca-Cola"
A pesar de lo que se cree, es difícil certificar que el kalimotxo sea un invento nacional ya que la mezcla de vino tinto y refresco de cola existe en muchos otros países. En Argentina recibe nombres como rocanrol, cascarudo o vino con coca; en Brasil lo llaman vinhoca; en Chile se conoce como jote; en Uruguay vino cortado, y así podríamos seguir con un largo etcétera. El libro 'For God, Country & Coca-Cola’ habla incluso de cómo los italianos emigrados a los Estados Unidos mezclaban el Chianti que habían traído de su añorada península con los refrescos de cola del nuevo mundo.
Con todo, se entiende que cuando los americanos llegan a nuestro país, busquen en la sangría o en el kalimotxo dos combinaciones en las que indagar en la esencia de “lo español”, como sucede con el flamenco o el espectáculo taurino. Para el ‘New York Times’ el kalimotxo funciona, la cantante Eilen Jewell le ha dedicado una canción e incluso una empresa americana comercializa "Motxo”, un kalimotxo que se vende como artesanal y en botella. De lo que no hay duda es que esta bebida, que para nosotros es particularmente barata, tiene mucho calado en Estados Unidos.
Spanish cocktail
¿Cómo se prepara el kalimotxo perfecto? Pues si seguimos las indicaciones de la cuadrilla Antzarrak en un vídeo emitido por la televisión pública vasca, basta una botella de vino y otra del popular refresco. ¿Cantidades? Según Agustín Martínez “Tintxo”, uno de los componentes: “se tira… yo qué sé, una cosa así como así, y el resto, Coca Cola”. Es decir que no existen recetas, todo se hace a ojo de buen cubero.
"Se asegura que el "cal-ee-MO-cho" es una bebida ideal para las lentas mañanas del fin de semana"
No obstante, “Tintxo” destaca que es importante “que no sepa más a vino que a Coca Cola. Es igual que los cubatas. Cuando flota el hielo: ya está, Una vez que ha flotado el hielo, paro de tirar el vino, y luego Coca-Cola”.
Resulta lógico que semejante receta no se pueda presentar en tales condiciones en un medio extranjero a la caza y captura de una pócima traída de fuera. De este modo, el blog ‘Food 52’, tomando como referencia el libro ‘Joy the Baker Over Easy’ de Joy Wilson, nos muestra una alternativa de mucho más postín.
Lo primero que tiene que saber cualquier hablante nativo de la lengua de Shakespeare es cómo se pronuncia esta palabra endemoniada. Toca practicar con esmero la transcripción fonética: “cal-ee-MO-cho”. Se asegura que la bebida es ideal para esas mañanas lentas, bajo una pérgola, ya sea en soledad o con los amigos, que se suceden los fines de semana.
"Para los americanos, el vino debe ser un Rioja y el refresco de cola puede llevar aromas"
Se define a la bebida como todo un “Spanish cocktail” y se dan algunas claves: una parte de vino, otra de refresco azucarado de cola y mucho hielo. Hasta aquí todo más o menos normal, pero poco a poco comienzan los virajes que suceden cuando una receta traspasa sus límites geográficos. Según ‘Food 52’ hay que añadir un buen chorrito de lima, y el “vino barato” que se debe emplear es un Rioja o un vino italiano de mesa. El kalimotxo es también para ellos un “delicioso acompañamiento para el brunch del mediodía”.
Se proponen además toda una lista de posibles añadidos:
- Si le echas lima se pueden incluir hierbas como la albahaca. Si te decantas por el limón, puedes usar el romero o el tomillo. Igualmente se debería decorar la mezcla con rodajas de estos cítricos.
En una fuente de ponche y con muchos cítricos. Así se debe presentar, según los americanos. (iStock)
- Se invita a incorporar algunos extras como un toque de vermouth o de 'amaro' italiano.
- Si lo quieres servir en grandes cantidades, se recomienda ofrecerlo en una fuente de ponche, típica de los Estados Unidos, con multitud de trozos de cítricos flotando en la superficie.
- Se aconseja, por último, experimentar con refrescos de cola con sabor (¿se refieren a los de vainilla o a los de cereza?) para equilibrar el gusto del vino de mesa.
No hay duda de que la propuesta rompe la ortodoxia. En una época en la que la venta de vino ha descendido significativamente en nuestro país, ¿se puede estimular su consumo con la reinvención del kalimotxo, tal y como están haciendo los americanos?
GONZALO DE DIEGO RAMOS
Fuente: El Confidencial
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