Las venderán en supermercados e hipermercados, a diferencia de las de su competidor, que se comercializan sólo en sus tiendas
Las cápsulas para café han supuesto una revolución en una categoría en la que no cabían grandes innovaciones, puesto que el producto es el que es: café. En 2011 el grupo Jacobs Douwe Egberts (JDE) cambió el consumo de café de máquina en los hogares al lanzar las primeras cápsulas compatibles con la cafetera Nespresso y que se podían comprar en supermercados e hipermercados, a diferencia de las de Nestlé, que sólo están disponibles en las tiendas de la marca y en su página de venta online.
Imagen de las nuevas cápsulas de L'or EL MUNDO
Este lanzamiento "supuso una primera revolución en la categoría al democratizar el uso de estas cápsulas", explica Albert Moncau, director general en el sur de Europa de JDE, empresa dueña también de las marcas Tassimo, Marcillia, Saimaza o Senseo, entre las más conocidas.
La clave: el aluminio
Ahora el grupo da un paso al frente al lanzar una nueva gama de cápsulas de aluminio compatibles con las máquinas de Nespresso bajo la marca L'or, que es la que agrupa sus cafés premium. Estarán disponibles en las tiendas en España a partir de la tercera semana de abril.
Hasta ahora esta era una de las principales diferencias entre los cafés de Nespresso y todos los demás: los de la primera iban en envases de aluminio y el resto, en plástico.
Según explica Moncau, "el aluminio conserva mejor el sabor del café, hace que se aprecien mejor los aromas, la intensidad y la crema", que son "las principales características del producto de calidad". L'Or pretende jugar así con las mismas armas que Nespresso en la guerra de las cápsulas y, además, su producto se podrá adquirir en las cadenas de supermercados e hipermercados tradicionales.
Esta categoría ha dinamizado el sector del café. Desde que L'Or lanzó en 2011 sus cápsulas compatibles con las cafeteras de Nespresso el sector se ha multiplicado por seis. Ahora crece a un ritmo del 16%, mientras que el café tradicional (soluble y molido) lo hace a un 3%.
En los últimos 10 años, casi todo el crecimiento del mercado ha venido de las cápsulas, aunque, insiste Moncau, dentro del grupo "conviven los dos sistemas de hacer café".
¿Muere la cafetera?
Hay quienes salen de casa y prefieren tomarse uno de máquina rápido para no perder tiempo. Pero si viene gente a comer el fin de semana se llena la cafetera tradicional, para que toda la casa huela a café. "Madres, hijos... dentro de una misma familia hay gustos distintos y por eso los productos no compiten unos con otros", insiste el directivo.
Fuentes del sector explican que es difícil medir qué marca lidera el mercado, puesto que las cápsulas Nespresso sólo se venden en su web y en las tiendas propias, mientras que el resto (tanto los de marca del fabricante como los de marca blanca) sí se comercializan en tiendas habituales.
"La competencia es buena porque permite innovar. Nosotros queremos poner al alcance de todos los consumidores el producto de calidad", explica Moncau.
Según datos de la consultora Nielsen, que mide las ventas en gran distribución, el negocio de las cápsulas facturó el año pasado un 10%, hasta alcanzar los 320 millones de euros. Se vendió un 9,8% más de unidades que en 2015 (más de 9.000 toneladas de cápsulas).
JDE creció el año pasado un 5%. Tiene el 42% de la cuota de mercado de cápsulas de café en global, el 33% pertenece a la marca L'or y el 9% restante, a Saimaza y Marcillia.
España, país de cafeteros
En España, el quinto mercado europeo para JDE, tienen una cuota del 21%. Es, tras Francia, el segundo lugar en el que van a lanzar las cápsulas de aluminio. Se ha elegido España porque "es un país de referencia". El 80% de los consumidores toma el café con leche.
Las cápsulas de aluminio son reciclables. Nespresso ya pone a disposición de los clientes la posibilidad de reciclar los envases usados. L'or hará lo propio a través de la página web de compra directa que van a abrir. En la misma se podrán adquirir ocho tipos diferentes de café que no se venderán en tiendas.
Como apunta el directivo, el café "es una parte muy importante de la gastronomía. Es el final de cada comida, así que tiene que ser bueno".
RAQUEL VILLAÉCIJA
Fuente: El Mundo
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