Conservación y almacenaje
El café debe guardarse en un lugar seco, oscuro, fresco, sellado al vacío y sin oxígeno si es posible.
Foto: Amantes de café |
La clave para disfrutar de la calidad del café estriba en asegurarse de que se conserve tan fresco como sea posible. Si consume café molido, la recomendación es que, tras abrir el paquete, lo vuelva a precintar, lo introduzca en un recipiente al vacío y lo conserve en el frigorífico o nevera. De esta manera. Para poder apreciar todo el aroma y sabor de su café, consúmalo siempre en un plazo no superior a 3 semanas desde la apertura del paquete.
La infusión
La bebida se obtiene por infusión del café molido en agua caliente. Existen numerosas variantes de este método:
- El café turco (o café griego), preparado haciendo hervir en el agua el café molido muy finamente, tres veces, se trata del método más antiguo. (ver receta)
- El café filtro, preparado haciendo pasar lentamente agua hirviendo a través de un filtro relleno de café molido.
- El café expreso, preparado haciendo pasar rápidamente agua hirviendo bajo presión a través del café molido. El extracto debe ser de unos 60 ml. (Ver receta)
- El Ristretto, todavía más corto que el expreso. La mayor concentración de sabor se consigue con un grano aún más fino o al acortar el tiempo y obtener unos 30 ml de café.
- El café en dos, variante reciente del café filtro y el expreso.
Idealmente, para conservar su sabor, el café debe molerse justo antes de la infusión. Por deseo práctico, frecuentemente se comercializa ya molido y al vacío.
Existen numerosas formas de preparar la bebida muy rápidamente: café instantáneo que se disuelve en una taza de agua caliente, o cafetera.
Fuente: La página de Bedri Café
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