El aguacate tiene mucho recorrido en la cocina, más allá del guacamole
Igual sorprende saber que el aguacate es una fruta, ya que la gran mayoría de las preparaciones con él se corresponden a recetas saladas. Por su sabor y textura, se utiliza como una hortaliza más, desde cremas y ensaladas, hasta salteados o marinados. Pero ¿qué se puede hacer con un aguacate, además de trocearlo en una ensalada o elaborar guacamole? Existen varias opciones y en este artículo se recopilan algunas.
Imagen: Dream79 |
En el momento de utilizar el aguacate, es mejor que esté a temperatura ambiente. Para abrirlo, se le dará un corte longitudinal hasta llegar al hueso. Una vez dado el corte, se coge el aguacate con las manos y se giran las dos mitades con cuidado, cada una hacia un lado distinto para que se desprenda el hueso en una de ellas.
Con la ayuda de una cuchara, hay que vaciar la mitad sin hueso. Y en la otra mitad, se clava el cuchillo en el hueso para desprenderlo. Luego, con la cuchara, se saca la carne.
1. Tostas de crema de aguacate con queso fresco y paleta ibérica
Empezar con unas tostas sencillas y muy sanas es una manera elegante de iniciar una comida o un picoteo entre horas.
Para elaborarlas, primero se trocea la carne del aguacate y se coloca en un vaso de batidora donde se añadirán un diente de ajo pelado, un trozo de queso fresco de Burgos, unas gotas de salsa de soja y un par de cucharadas de aceite de oliva. Después, se tritura todo hasta conseguir una crema fina, que habrá que poner a punto de pimienta o, si se prefiere, se le puede dar un toque más potente con un trocito de chile jalapeño.
La crema de aguacate y queso fresco se sirve sobre unas tostas finas de pan de pueblo o pan de semillas previamente horneadas hasta obtener en una textura crujiente. Para decorar, se colocan sobre la crema de aguacate unos trocitos de tomate cherry aliñados con aceite de oliva y unas briznas de paleta ibérica.
2. Tartar de atún con aguacate y salsa teriyaki
Esta es una receta fresca, muy cosmopolita, en la que se puede saborear la potencia del mar con la suavidad del aguacate. Antes de comenzar, y para asegurarse bien de que no tenga contaminación de anisakis, hay que congelar durante 24 horas el trozo de atún que se quiera utilizar, ya que, como no se cocinará, no hay otra manera de eliminar el anisakis.
Para realizar este plato, primero se trocea en daditos el atún y se marina guardado en la nevera en unas cucharadas de salsa teriyaki, aceite de oliva y unas gotas de limón verde durante 30 minutos. Una vez marinado, se escurre en un colador para separar el atún del jugo donde ha estado cogiendo aromas y sabor.
Después, se trocean el tomate muy maduro y un trocito de cebolleta junto con el aguacate limpio, todo en cuadraditos. Se agregan al atún marinado escurrido y se mezcla con cuidado, junto con un poco de cebollino también troceado, y se deja que repose otros 30 minutos en el frigorífico antes de servir.
Por último, se sirve en cucharitas individuales sin nada de panes ni tostas, solo sabor a atún y aguacate marinado con teriyaki.
3. Ensalada de alubias blancas y aguacate con langostinos
Si se quiere preparar un plato único, nutritivo y con el que quedar satisfechos, esta es la receta.
Primero, se cuecen los langostinos durante un minuto en agua hirviendo con sal y se enfrían en agua con hielo durante tres minutos. Luego se pelan, trocean y reservan.
Después, se lavan y trocean los tomates en cuadraditos regulares, junto con una cebolleta fresca. Se agregan tres cucharadas de aceite de oliva, dos cucharadas de vinagre balsámico y una pizca de sal. Esta base de la ensalada se deja macerar durante 30 minutos junto con los langostinos cocidos. Mientras, se cuece un huevo en agua hirviendo con un poco de sal durante 10 minutos, para después enfriarlo, pelarlo y rallarlo.
Se pela y trocea el aguacate y se mezcla en un bol con la base de tomate macerado y las alubias blancas cocidas y escurridas. Se aliña con aceite de oliva y una pizca de sal y, luego, se remata la ensalada con un poco de mayonesa ligera y el huevo rallado, junto con unos trocitos de langostinos cocidos.
4. Aguacates rellenos de ensaladilla, bonito y cangrejo
Un clásico del recetario, como es la ensaladilla, queda enriquecido por la textura y sabor del aguacate. Además, se puede presentar de manera divertida utilizando su propia piel como recipiente. Para ello, hay que vaciar los aguacates, trocear la carne y reservar sus dos cascarones de piel.
Se cuecen unas patatas con piel, se deja que se templen y se pelan y trocean muy pequeñitas. Después, se prepara en una fuente la mezcla de patata, aguacate troceado, un tomate pelado y troceado y una zanahoria (previamente pelada, troceada y cocida durante 10 minutos en agua hirviendo con sal).
Se trocea un huevo cocido y se añade a la ensaladilla, junto con unos palitos de cangrejo también troceados y el bonito escurrido de la conserva. Se aliña con aceite, vinagre y, posteriormente, se liga con un poco de mayonesa. Con esta masa se rellenan los aguacates y se decoran con unas tiras de lechuga limpia y unas hojitas de berros.
5. Aguacate a la plancha con chimichurri de ajo y picante
Un ejemplo del versatilidad del aguacate es esta receta, un toque canalla y picante que harán de este plato un imprescindible para los fans del aguacate cocinado.
Antes de cocinar los aguacates a la plancha, hay que preparar la salsa chimichurri. Para ello se tritura un trocito de cebolleta fresca y se mezcla con un diente de ajo pelado, una pizca de pimienta de Cayena, unas hojas de perejil, dos cucharadas de zumo de limón, dos cucharadas de vinagre de sidra, un cuarto litro de aceite de oliva suave y un cuarto de litro de vino blanco. Se tritura todo hasta hacer una crema ligera y se pone a punto de sal y pimienta o picante y se guarda en la nevera hasta el momento de utilizar.
Se abren los aguacates, se trocean en láminas gruesas y se untan con aceite de oliva. En una sartén antiadherente muy caliente se cocinan vuelta y vuelta hasta dorarlas por ambos lados y se ponen a punto de sal. Se remueve la salsa chimichurri y se adereza con ella el aguacate cocinado cuando todavía está en la sartén.
Se sirven al momento, colocándolos sobre unos panecillos tostados. Se decoran con unas ramitas de cebollino.
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