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¿Guardarlo en la heladera será realmente la mejor opción? Pues si bien cada queso tiene sus particularidades, también es cierto que existen ciertos tips que se puede tener en cuenta para preservar su sabor y textura por mucho más tiempo. Descubre cómo lograrlo en el día a día:
Revisa que tenga suficiente aire
Los quesos, al igual que el pan, son organismos vivos. En consecuencia, estos alimentos precisan respirar. Envolverlos en plástico provoca una especie de asfixia que suele echar a perder hasta el menos delicado de los quesos. Es más, guardarlos de esta forma puede transmitirle cierto gusto a plástico al alimento (un efecto cuanto menos indeseable).
Retira siempre el envoltorio original
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Crea un ambiente amigable
En el mercado existe un tipo de papel especial para conservar el queso. Sin embargo, puede que sea un tanto costoso. No te compliques y opta por uno de los mejores métodos: envolverlo en papel manteca. Esta forma simple, rápida y económica permite mantener la humedad justa del queso y evita que el queso «se asfixie».
Una vez envuelto en este papel, lo ideal es cerrarlo con cinta (la ancha que compras en la ferretería funciona perfecto), escribir el nombre y señalar también la fecha en que lo adquiriste.
¿Qué sucede con la heladera?
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Una vez que hayas retirado el plástico original, también puedes colocarlo en recipientes herméticos o, si tienes, en un «domo para quesos». Estos dispositivos son ideales para los quesos blandos pero también podrías usarlo para guardar quesos duros como el parmesano o el gruyere. Tanto si optas por guardar los quesos en un tupper o en un domo, intenta ubicarlos en el sitio más húmedo de la heladera que, en general, es el cajón inferior para los vegetales.
Consumirlo a temperatura ambiente
Si has optado por guardar el queso en el refrigerador, se recomienda que lo retires unas horas antes de consumirlo y que lo dejes sobre una tabla o un plato sin su envoltorio (papel manteca, por ejemplo). De esta forma, el queso tendrá el tiempo suficiente para retornar a su textura original y podrás disfrutarlo al 100%. Recuerda este truco particularmente para quesos como el roquefort o el gouda.
Quizás al principio no tengas muy claro qué queso será mejor guardar en la heladera y cuáles fuera. Para averiguarlo, puedes ir probando estos diferentes métodos e ir adaptándolos a cada clase. Recuerda de todos modos quitar el plástico original y pensar en la alternativa del papel manteca o un domo para quesos. Y tú, ¿cómo sueles guardar los quesos?
AGUSTINA LÓPEZ
Fuente: Vix
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