De frutas y flores
Hay un gusto, una belleza particular en combinar el sabor de las frutas y el de las flores. Es como tomar un bocado de la porción más dulce de la naturaleza y regresar a la condición ancestral de abastecerse, directamente, de la tierra.
Nuestras meriendas saludables están siempre orientadas a eso, al aprovechamiento óptimo de lo natural; por eso este quesillo ya está en nuestra lista de meriendas favoritas. Tuvo (como todas) sus jornadas de ensayo y error, hasta dar con el punto que buscábamos: un toque ácido de durazno en un nivel sutil, que permite al dulzor de las cayenas brillar con luz propia.
Nos encanta que, siendo una merienda saludable, cumpla con la exuberancia visual y gustativa de un postre: luce tentador y llama más a devorarlo que a comerlo.
Estimada como saludable
En esta preparación moderamos la cantidad de azúcar reemplazando una parte con estevia en polvo. También cuidamos la calidad de las grasas suprimiendo las yemas de huevo y reemplazando la leche condensada con yogur natural y fécula de maíz.
Nos quedamos con los beneficios de sus dos ingredientes principales:
- Los duraznos están repletos de calcio y vitamina c, combaten la fatiga y previenen los resfriados. Contienen una cantidad nada despreciable de vitamina B3, encargada de mantener sano y joven el sistema nervioso. Son tan ricos en hierro que se recomiendan para casos crónicos de anemia.
- La cayena es una planta maravillosa que puede consumirse en su totalidad: flores, tallos, raíz, hojas. Toda la planta es rica en vitamina c y tiene una acción beneficiosa sobre el sistema inmunológico. Su uso más reconocido y popular es en infusión contra el insomnio y el nerviosismo. Actualmente se estudia su eficacia como tratamiento para los trastornos de la menopausia y se reconocen sus cualidades contra el envejecimiento prematuro.
Anímate a seguir la receta y no te pierdas el saludable placer de probarlo.
INGREDIENTES
Para el quesillo:
- 6 claras de huevo
- 1 taza de yogur natural (sin azúcar)
- 2 tazas de pulpa natural de duraznos.
- Una cucharadita de estevia en polvo
- Una cucharada de fécula de maíz
Para el almíbar de Cayenas:
Comenzaremos por obtener las dos tazas de pulpa de durazno natural, para ello:
1. Hervimos por diez minutos unos 600 gramos de duraznos (con la piel) bien limpios, en abundante agua.
2. Dejamos enfriar y con ayuda de un cuchillo pequeño, quitamos la piel y las semillas. Reservamos la pulpa.
3. No desechamos el líquido ni las cáscaras. Es preferible licuar y refrigerar como refresco natural.
Para elaborar el almíbar de cayenas:
1. Enjuagamos con agua fresca las flores y la hoja de cayena, muy rápido. Verificamos que no tengan tierra ni elementos indeseados.
2. Ponemos las flores en un breve remojo de agua helada (tres minutos) para hidratarlas y evitar que se marchiten bruscamente.
3. Llevamos la taza de agua a fuego medio; cuando comience a burbujear suave; agregamos las flores enteras.
4. Una vez que el hervor rompa fuerte; notaremos que las flores han perdido casi todo el color y es el momento de agregar la hoja de cayena. Ahora dejaremos que el líquido se reduzca por cinco minutos.
5. Apagamos y dejamos reposar tapado durante diez minutos.
6. Extraemos las flores y la hoja de cayena del líquido. Las colocamos en un colador y presionamos para extraer todo el gel que liberan. Este gel lo unimos a la infusión previa. Esto nos dará una mezcla ya con cierta consistencia de almíbar.
7. Observaremos que el color de la preparación es de un azul verdoso; por eso usaremos las dos gotas de vinagre que neutralizarán esos pigmentos y le darán un tono rojizo.
8. Ponemos a fuego bajo la cucharada de azúcar morena, sin revolver. Esperamos a que comience a fundirse. Si la cocina es de llama muy fuerte, colocamos una plancha entre el fuego y el recipiente del almíbar para que se funda con suavidad y no se queme.
9. Cuando se funda, agregamos poco a poco el líquido de las cayenas. No hay que revolver. Sólo se mueve un poco el recipiente de la cocción mientras se integra todo.
10. Apenas se integren y la mezcla gane cuerpo, apagamos el fuego. Reposamos un par de minutos. Caramelizamos el molde para quesillo.
1. Colocamos en la licuadora el yogur y la fécula de maíz. Procesamos a velocidad alta para suavizar y evitar grumos.
2. Agregamos la estevia en polvo y la pulpa de duraznos. Procesamos a velocidad media por tres minutos. Debe lucir prolijo y la pulpa de duraznos bien integrada.
3. Por último, agregamos las claras de huevo y mezclamos a velocidad alta, solamente por dos minutos. Si batimos demasiado arruinaremos la consistencia del quesillo.
4. Vertemos la mezcla en el molde caramelizado con almíbar de cayenas, tapamos cuidadosamente y llevamos a baño de María por treinta y cinco minutos. Verificamos con un palillo.
5. Desmoldamos y dejamos que se enfríe completamente antes de servir.
6. Decoramos con flores de cayena (se conservan intactas en refrigeración hasta por tres días).
Esperamos que lo disfrutes tanto como nosotros. No olvides probar nuestro almíbar de cayenas en otros postres y contarnos tu experiencia.
- 5 flores de cayena roja
- Una hoja de cayena
- Una cucharada de azúcar (preferiblemente morena)
- 1 taza de agua
- Dos gotas de vinagre blanco
Preparación:
Comenzaremos por obtener las dos tazas de pulpa de durazno natural, para ello:
1. Hervimos por diez minutos unos 600 gramos de duraznos (con la piel) bien limpios, en abundante agua.
2. Dejamos enfriar y con ayuda de un cuchillo pequeño, quitamos la piel y las semillas. Reservamos la pulpa.
3. No desechamos el líquido ni las cáscaras. Es preferible licuar y refrigerar como refresco natural.
Para elaborar el almíbar de cayenas:
1. Enjuagamos con agua fresca las flores y la hoja de cayena, muy rápido. Verificamos que no tengan tierra ni elementos indeseados.
2. Ponemos las flores en un breve remojo de agua helada (tres minutos) para hidratarlas y evitar que se marchiten bruscamente.
3. Llevamos la taza de agua a fuego medio; cuando comience a burbujear suave; agregamos las flores enteras.
4. Una vez que el hervor rompa fuerte; notaremos que las flores han perdido casi todo el color y es el momento de agregar la hoja de cayena. Ahora dejaremos que el líquido se reduzca por cinco minutos.
5. Apagamos y dejamos reposar tapado durante diez minutos.
6. Extraemos las flores y la hoja de cayena del líquido. Las colocamos en un colador y presionamos para extraer todo el gel que liberan. Este gel lo unimos a la infusión previa. Esto nos dará una mezcla ya con cierta consistencia de almíbar.
7. Observaremos que el color de la preparación es de un azul verdoso; por eso usaremos las dos gotas de vinagre que neutralizarán esos pigmentos y le darán un tono rojizo.
8. Ponemos a fuego bajo la cucharada de azúcar morena, sin revolver. Esperamos a que comience a fundirse. Si la cocina es de llama muy fuerte, colocamos una plancha entre el fuego y el recipiente del almíbar para que se funda con suavidad y no se queme.
9. Cuando se funda, agregamos poco a poco el líquido de las cayenas. No hay que revolver. Sólo se mueve un poco el recipiente de la cocción mientras se integra todo.
10. Apenas se integren y la mezcla gane cuerpo, apagamos el fuego. Reposamos un par de minutos. Caramelizamos el molde para quesillo.
Para la mezcla del quesillo de duraznos:
1. Colocamos en la licuadora el yogur y la fécula de maíz. Procesamos a velocidad alta para suavizar y evitar grumos.
2. Agregamos la estevia en polvo y la pulpa de duraznos. Procesamos a velocidad media por tres minutos. Debe lucir prolijo y la pulpa de duraznos bien integrada.
3. Por último, agregamos las claras de huevo y mezclamos a velocidad alta, solamente por dos minutos. Si batimos demasiado arruinaremos la consistencia del quesillo.
4. Vertemos la mezcla en el molde caramelizado con almíbar de cayenas, tapamos cuidadosamente y llevamos a baño de María por treinta y cinco minutos. Verificamos con un palillo.
5. Desmoldamos y dejamos que se enfríe completamente antes de servir.
6. Decoramos con flores de cayena (se conservan intactas en refrigeración hasta por tres días).
Esperamos que lo disfrutes tanto como nosotros. No olvides probar nuestro almíbar de cayenas en otros postres y contarnos tu experiencia.
Leidimar Martínez
Educadora - cocinera
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