Alfredo Arrasate mantiene junto a su familia la panadería que abrió su abuelo, Félix Arrasate, y amplía un negocio que intenta abrir a nuevos mercados
VILLAVA- La competencia es “brutal” pero pese a ello, la familia Arrasate -de Villava “de toda la vida”- no deja de ampliar su negocio, que lo lleva en la sangre, y ahora se atreve incluso con productos ecológicos. La calle Mayor de Villava vio como Félix Arrasate levantaba la primera panadería. A él le siguieron sus cuatro hijos -Mari, Jesús, José Mari y Javier-, quienes, como Félix, transmitieron el amor por el oficio a sus descendientes. Ahora, alrededor de 25 miembros de la familia forman parte de la empresa con dos naves industriales como obrador, que serán tres “dentro de poco tiempo”. De aquí salen el pan, los postres y los biscotes ecológicos que se distribuyen a sus 12 tiendas de Pamplona y la Comarca y otros establecimientos comerciales y hosteleros. “Estamos involucrados todos, mis hermanos, mis primos y nuestras parejas”, dice entre risas Alfredo Arrasate, nieto de Félix.
Alfredo Arrasate, junto a la fachada de la panadería familiar de Villava. (IBAN AGUINAGA)
El mercado ha evolucionado y no dudan en que tiene que adaptarse: “Tenemos que estar atentos a los cambios de la sociedad. El pan ha perdido importancia. Ahora la gente tiene prisa y no pierde el tiempo en compras;de hecho, al ir a por el pan muchos solo buscan la tienda más cómoda para dejar el coche y hacerlo lo más rápido posible. Además, prácticamente todo el mundo puede vender pan y a precios muy bajos. La competencia es brutal”, asegura Alfredo.
Contra esto, Arrasate lucha con productos de calidad;y la calidad se encuentra en el proceso de elaboración. Así, la clave está en una buena materia prima, un buen reposo, un buen amasado y una buena fermentación, la fase más importante: “En la fermentación, el pan suelta todos los aromas y sabores. Es lo primordial también para una buena conservación”. Alfredo destaca el pan que llevan haciendo desde hace un año. Forma parte de un proyecto a nivel nacional en el que participa la empresa junto a otros casi 600 maestros panaderos: “Este pan tiene unas características específicas. La más reseñable es la de las 16 horas de fermentación. Es una manera de luchar contra las grandes superficies que producen una gran cantidad de pan. Por tiempo, este no pueden hacerlo”, subraya.
Parte de la adaptación y la innovación del mercado está también en la introducción a su oferta de los postres y los productos ecológicos. Los primeros llegaron en la década de los 90, cuando trasladaron el obrador al polígono industrial de Villava. Por supuesto, uno de sus productos más famosos son las trenzas: “Ha sido otra forma de renovarnos. Antes en los postres de las comidas familiares no faltaban unos pasteles y una tarta. Ahora las trenzas, las goxuas o las pantxinetas los han desbancado”. En cuanto a los biscotes ecológicos, con alrededor de diez variedades, todavía no tienen mucho éxito en España -sí se venden aquí, en Madrid, en Barcelona…-. Sin embargo, tras once años fabricándolos y explorando otros mercados, han conquistado Francia e Italia, entre otros.
El truco para fidelizar al cliente, además del buen trato y la cercanía del pequeño comercio, es informarle sobre el producto: “Tenemos que contar al cliente qué tiene este pan, cómo lo hemos hecho y qué le va a aportar. Es la manera de hacer que lo aprecie y busque la manera y el tiempo de comprar productos buenos”.
FUTURO“Dicen que la tercera generación es la que rompe...”, exclama Alfredo. Pese a ello, a él le gustaría que sus hijos y sobrinos mantuviesen el negocio: “Es un orgullo seguir aquí. Por eso me gustaría que ellos continuasen;pero si es así, que sea por elección propia. Quiero que sean felices”.
LAURA GARDE | IBAN AGUINAGA
Fuente: Noticias de Navarra
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