Incluirlos en la dieta es sencillo y muy beneficioso pero primero, hay que desterrar la creencia de que engordan y aprender a comerlos.
Su versatilidad les convierte en el 'snack' perfecto para cualquier situación: a mitad de mañana en el trabajo, como acompañamiento a una bebida o en los platos del menú. Además, son indispensables en la dieta porque combaten el agotamiento y contienen muchos nutrientes. Los frutos secos tienen muchos beneficios y no es difícil ingerirlos, ya que existe mucha variedad. De cara al verano, mejora, junto al aceite de oliva y al pescado azul, la tolerancia a la exposición solar e, incluidos en la dieta mediterránea, adelgaza más que una baja en grasas.
Variedad de frutos secos.
Sin embargo, tienen fama de engordar y, por ello, su consumo se relega a momentos concretos. Para aprovechar todo su potencial y sus beneficios, incluirlo en nuestros menús diarios es sencillo. Solo hacen falta unas claves para aprender a comer más frutos secos más allá de picar entre horas o añadirlos al yogur y a la ensalada:
- En el desayuno. Si desayunas leche con cereales, puedes agregarle los frutos secos que más te gusten, como nueces o piñones. También puedes probar estas empanadillas dulces rellenas de miel y nueces.
- En salsas para acompañar los platos. Aunque las salsas básicas de la cocina tradicional son un acierto seguro, es recomendable apostar por una que incluya frutos secos. El clásico pesto ya incluye piñones y, además, es uno de los productos que siempre debes tener en tu cocina si tienes poco tiempo para cocinar, porque te salvará de más de un apuro.
- En guisos. El cardo con almendras es un plato tradicional de la cocina aragonesa en Navidad, ya sea en su versión más tradicional o en sofisticadas elaboraciones, como cardo con pistachos y lacón o cardo con ostras y leche trufada de almendras. También funcionan con cualquier otro guiso de verduras en ricas elaboraciones como menestras, platos de pollo o pescado, como este cebiche mixto, naranja y frutos secos
- Como acompañamiento. La forma más conocida de consumir frutos secos es como acompañante de platos, yogures, ensaladas... Una suculenta opción es emplearlos picados como alimentos para empanar.
- En el postre. La parte dulce y final del menú también es terreno para los frutos secos. Se pueden mezclar con la harina de pasteles, galletas o magdalenas o dejar volar la imaginación para crear el dulce típico de otros países como la baklava de frutos secos y miel.
Fuente: Heraldo.es
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