Existen dos propósitos fundamentales para decantar un vino. El primero es para que entre en contacto con una gran cantidad de oxígeno para que sea más agradable al tomarlo. Es recomendable para tintos jóvenes que por su alta concentración de taninos (sustancias que provocan astringencia, es decir, sequedad en la boca y le permiten envejecer ya que son antioxidantes), al oxigenarse se vuelvan menos agresivos en boca. Como son más astringentes que los blancos son aptos para decantarse.
Foto: Barman in Red |
Decantar es todo un espectáculo y estoy convencido que es un elemento cautivante de venta para los restaurantes, ya que le da un toque de distinción al servicio del vino. Sin embargo, el restaurante que acostumbra decantar el vino nunca deberá imponer su voluntad, sino preguntar al cliente antes de decantarlo.
Lo más importante siempre será disfrutar el vino. ¡Salud!
René Rentería
El Escritorio de Baco
El Escritorio de Baco
Fuente: El Financiero
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