Ingredientes
- 1 kilo de tomates bien maduros
- 3 cucharadas de aceite de girasol o de oliva virgen extra
- 2 cucharadas soperas de orégano
- 1 cucharada sopera de pimentón dulce o páprika
- 3 cucharaditas de sal fina
- 1 cucharadita de azúcar
- 1 cucharadita de ajo en polvo
Elaboración
1. Lava muy bien los tomates y rállalos. Si no quieres rallarlos, puedes hacerles una cruz y pasarlos por agua hirviendo para que salga fácilmente. A continuación, tritúralos con la licuadora.
2. Pon los tomates triturados o rallados en un recipiente y agrega el orégano seco, el pimentón dulce o paprika, el ajo en polvo, la sal y el azúcar. Este último ingrediente sirve para reducir la acidez de la salsa de tomate.
3. Agrega el aceite (opcional) y mezcla muy bien todos los **ingredientes de la salsa de tomate para pizza **. Utiliza así sin cocción.
Si quieres guardar la salsa para pizza en la nevera evita agregarle aceite y coloca este sobre la salsa una vez que la hayas vertido en frascos de conserva esterilizados para formar una película y que se mantenga en buenas condiciones por hasta 15 días.
Distribuye la salsa sobre la masa para pizza casera que te hemos enseñado a hacer en Placer al Plato y lleva al horno. Cocina hasta que los bordes se doren y colócale queso y los ingredientes que más te gusten.
Para que la salsa quede aún más exquisita, puedes rehogar una cebolla picada en una sartén con un poco de aceite y cocinar la salsa durante unos minutos. Deja enfriar antes de distribuir sobre la masa.
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Fuente: Placer al Plato
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