Castañas, un manjar que llega con el frío

Este fruto, recuperado por las nuevas generaciones de cocineros para elaborar exquisitos platos, destaca por su bajo contenido en grasa

La llegada del frío al principio del otoño ha servido para ver las primeras castañas. Su presencia se adivina en numerosas esquinas, donde se pueden degustar humeantes y recién asadas.

La castaña ha sido considerada como alimento de personas humilde, fue el sustento de los pueblos montañosos y aislados del norte de nuestro país, evitó hambrunas a los habitantes de estas tierras y hasta la llegada de la patata fue su principal alimento.

Las castañas ya están presentes en los mercados municipales. - GABRIEL UTIEL

Su consumo es variado, ya que puede degustarse cruda, asada, pilonga o cocinada. Para asarla es necesario dar un corte a la piel para evitar que estalle. Las pilongas son solo las castañas secas, pues de esta forma se conservan mucho tiempo y sirven para cocidos, sopas y potajes. Además, con ellas se elabora una harina muy especial que no contiene gluten.

Las nuevas generaciones de cocineros han recuperado este manjar, un producto que bien tratado genera exquisitos platos o joyas gastronómicas como el marrón glacé de difícil elaboración.

Características

Las castañas destacan por su bajo contenido en grasa, a diferencia de otros frutos secos. Su composición se asemeja más a las frutas desecadas. Son muy ricas en hidratos de carbono y asadas contienen más aminoácidos, fibra insoluble y fibra total que las castañas cocidas. De este modo, según se cocinen, sus valores nutricionales serán unos u otros.

Aunque las primeras castañas llegan en otoño, podemos encontrarlas todo el año en los mercados municipales de Castellón, ya que se prestan bien a ser conservadas, e incluso congeladas si son frescas o cocidas. Para su compra, debemos observar que la piel sea brillante y no tenga rugosidades. La mejor forma para guardarlas es en un cesto de mimbre como los utilizados para buscar setas o una fuente honda de loza.

FRANCISCO González Yuste

Fuente: Diario Mediterráneo