El Gourmet Urbano: Tintos de verano: una nueva generación de vinos refrescantes y fluidos para disfrutar al sol

jueves, 13 de diciembre de 2018

Tintos de verano: una nueva generación de vinos refrescantes y fluidos para disfrutar al sol

Aún no son una categoría, pero ya representan un nuevo estilo de vinos que va ganando cada vez más adeptos. A base de uvas tintas, pero con un cuerpo de blancos, cuáles son los mejores para disfrutar en esta temporada

Las modas no son tan cambiantes en los vinos, o, mejor dicho, los cambios suelen ser mucho más lentos. Porque si bien hoy los enólogos están hablando de vinos de parcela, o haciendo vinos con mucha menos madera, el consumidor en general recién empieza a comprender a los varietales, principalmente al malbec, y prefiere los vinos con crianza en roble. No obstante, la evolución de la vitivinicultura argentina está promoviendo una nueva generación de vinos, entre ellos los de tintos de verano.

(Getty)


Se sabe que la Argentina es uno de los principales productores de vino, y su mercado interno de consumo uno de los más importantes y tradicionales del mundo. Y más allá que la tendencia actual sea decreciente, y que el consumo per cápita esté en alrededor de 20 litros anuales, el vino sigue siendo una de las bebidas más preferidas a nivel local; además de ser la bebida nacional por Ley.

De entre todos los nuevos vinos surgidos en la Argentina, hay una categoría que es ideal para disfrutar en esta época del año: los tintos de verano.

Qué son los tintos de verano


Hay que dejar de lado las preparaciones con vinos tintos, tipo sangrías, o en la mezcla de vinos y gaseosas en partes iguales, con rodaja de limón. Tampoco se trata de los famosos "claretes" españoles, vinos elaborados como tintos con proporción de uvas blancas. Mucho menos de esos tintos jóvenes que abusan del azúcar residual para captar nuevos paladares.



Los tintos de verano aún no son una categoría, pero ya representan un nuevo estilo de vinos que va ganando cada vez más adeptos, sobre todo cuando calienta el sol.

Obviamente se trata de vinos tintos y a base de uvas tintas, pero suelen tener el cuerpo de blancos. Para lograr este efecto las maceraciones (contacto del jugo de uva con los hollejos) son en frío y más cortas para que las extracciones sean suaves.

Su paso por boca es refrescante y fluido, y los taninos suelen marcar su paso, pero no son firmes. Sus expresiones (frutales, florales o especiadas) suelen ser elocuentes y directas. No se trata de grandes vinos, pero pueden llegar a convertirse en la mejor opción de acuerdo a la ocasión. Porque al sol, o cuando hace mucho calor, el cuerpo necesita algo refrescante, aunque todo amante del vino sabe bien que la sed se mata con agua.

Para poder servir un tinto frío debe tener texturas finas, porque justamente las bajas temperaturas potencian la astringencia, y generan una sensación de aspereza en la lengua y el paladar, atentando contra el placer. Por otra parte, la refrescancia del vino es sumamente importante, porque más allá de la temperatura, cada trago debe invitar a otro. Así, los tintos de verano tienen menos cuerpo y un mayor grado de acidez. Por otra parte, y para mantener cierto equilibrio más allá de la vivacidad, se necesitan uvas que no sean concentradas naturalmente.

(Getty)

El malbec se da muy bien, sobre todo si se logra mantener su carácter típico de frutas rojas y violetas cosechándolo temprano, pero sus taninos se hacen sentir por más amables que sean. Por eso van mejor las uvas de pieles finas como el pinot noir, aunque sea una uva escasa y difícil de elaborar bien; muchas veces protagonista solo de grandes tintos. De aspecto poco intenso y aromas frutales, su paso puede ser muy fluido y refrescante. La Garnacha, una uva muy famosa y utilizada en España y Francia, empieza a tener cierto protagonismo. Algunos son muy bebibles, aunque su carácter y tipicidad en nuestro país aún esté por definirse.

Quizás, la mejor novedad sea la uva Criolla, un cepaje empleado hasta ahora solo para vinos comunes. Pero muchos enólogos, con esas ansias de recuperar lo autóctono, empezaron a elaborarla a conciencia. Da vinos de aspecto intenso pero traslúcido, aromas expresivos y paladar en línea. No es la elegancia su característica más saliente, pero si su gracia con un dejo rústico y casi salvaje que le otorga una personalidad única. Es un vino para beber bien fresco y no pierde sus atributos.

Pero si hay un cepaje que tiene todo para lucirse en esta categoría es la Bonarda (la segunda tinta más plantada), una uva que solo se encuentra en nuestro país, es por ello que su nueva denominación es Bonarda Argentina. La más plantada en la zona Este mendocina, y por ende una de las más tradicionales. En busca de su lugar dentro del escenario vínico, tanto nacional como internacional, al Bonarda se le abre una gran oportunidad cuando se la elabora con maceraciones cortas y se la cosecha temprano. Así se logran Bonardas de trago suave, con buen carácter frutal y mucha gracia.

Los tintos de verano se sirven a temperatura de heladera (4 / 5 grados), seguro la copa o el vaso se empañará cuando el vino haga contacto con el vidrio. Servir poco; la mitad de la mitad de la copa; para mantener mejor la temperatura. Y como todo tinto va mejor acompañado que solo, siendo ideal para disfrutar con picadas, sándwiches, hamburguesas y choripanes, o incluso asados completos. Y si bien hay muchas bebidas para disfrutar cuando hace calor (cervezas, tragos, blancos, rosados, espumosos y dulces naturales) el tinto de verano se convierte en la mejor opción para los amantes del vino.

Características de los tintos de verano


(Shutterstock)

-Son vinos tintos livianos de paso fluido y trago refrescante
-Los varietales más aptos son Bonarda, Criolla, Garnacha, Pinot Noir y hasta Malbec. Elegir los vinos más jóvenes, y si viene con tapa a rosca, mejor
-Se pueden disfrutar a temperatura de heladera, 4 o 5 grados
-Se sirve la mitad de la mitad de la copa para mantener la temperatura

Fabricio Portelli

Fuente: infobae

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