Cada vez son más quienes por motivos de trabajo se ven obligados a comer fuera de casa por lo que pierden el control sobre su alimentación decantándose a veces por la opción menos saludable.
Es una tendencia que irremediablemente va en aumento. Cada vez son más las personas que por motivos de trabajo principalmente se ven obligadas a comer fuera de casa. Es un fenómeno que obviamente se produce más en grandes ciudades, aunque no es exclusivo de ellas ya que en polígonos, fábricas o empresas de ciudades que sí permiten un desplazamiento al hogar también es muy frecuente.
Es una tendencia que irremediablemente va en aumento. Cada vez son más las personas que por motivos de trabajo principalmente se ven obligadas a comer fuera de casa. Es un fenómeno que obviamente se produce más en grandes ciudades, aunque no es exclusivo de ellas ya que en polígonos, fábricas o empresas de ciudades que sí permiten un desplazamiento al hogar también es muy frecuente.
As.com
Y el problema radica en que perdemos en cierta medida el control sobre nuestra alimentación ya que no podemos saber la procedencia de ingredientes o las técnicas culinarias empleadas en su preparación y tenemos que fiarnos la mayoría de las veces de la buena fe de la cocina de nuestra empresa, del servicio de catering que la sirve o del restaurante de turno al que acudimos habitualmente.
Decálogo de gastronomía saludable contra la obesidad
Por ello, la Sociedad Española para el Estudio de la Obesidad (SEEDO) ha compartido un decálogo de buenas prácticas gastronómicas dirigido especialmente a la hostelería y empresas de restauración colectiva para que hagan un esfuerzo por ofrecer a sus potenciales clientes alternativas saludables en sus cartas que combatan la obesidad y toda la información necesaria para que tomen la mejor decisión posible pensando en su bienestar.
1. Utiliza el aceite de oliva o el aceite de girasol alto oleico como grasas culinarias para cocinar y el aceite de oliva virgen para aliños.
2. Priorizar preparaciones y técnicas culinarias que disminuyan en lo posible el aporte energético y de bajo contenido en grasa.
3. Uno de cada 4 primeros platos debe incluir verduras, hortalizas o legumbres como base principal.
4. Uno de cada dos segundos platos debe ser a base de pescado blanco o azul, o bien carne magra.
5. Priorizar las verduras, hortalizas y legumbres como guarnición de segundos platos.
6. La oferta de postres debe incluir siempre fruta fresca de temporada o frutos secos.
7. Los postres lácteos deben incluir la opción baja en grasa (semidesnatados o desnatados).
8. Priorizar el consumo de agua como bebida habitual y utilizar unidades individuales si se consume alcohol.
9. Utilizar alimentos de temporada, preferiblemente adecuados a la gastronomía local y productos de proximidad.
10. Informar de las calorías totales y ofrecer medias raciones.
Fuente: As.com
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